Gardenia Roja. = FugaSasu / Shikasasu =

IV

Capítulo dedicado a SasUKE_Forever

A los 17 años Sasuke fue completamente conciente de sus sentimientos hacia su padre.

Desde entonces comenzó hacerse diversas preguntas al respecto.

¿Desde cuándo comencé a sentir esto?

¿En qué momento empecé a quererlo de otra forma a la que debería?

¿A partir de qué punto de mi vida dejé de verlo como lo que es?

Como mi padre.

¿Siempre fue así?.

Esas eran las preguntas que se hacía constantemente.

Cada que veía a su padre o estaba junto a él no podía dejar de sentirse así y después se hacía estas interrogantes y se recriminaba el sentirse así.

Pero simplemente no podía evitarlo.

Y lo confirmó ese día.

Hace dos semanas se encontraba en su recamara, estaba solo pues sus padres habían salido a cenar, y como lo hacía últimamente comenzó a pensar en su padre y lo que sentía hacia él.

En un punto de sus pensamientos comenzó a sentirse sofocado.

El aire le faltaba y la garganta le dolía, parecía que había gritado por horas, luego sintió un dolor punzante en el pecho y el aire se le cortó por unos segundos.

Se levantó con dificultad, llevando sus manos a su garganta, sintió que iba vomitar y en cuanto pudo respirar de nuevo se dirigió al baño.

Levantó la tapa del retrete y comenzó a vomitar, su garganta dolía por el esfuerzo de sacar lo que tenía dentro y las lágrimas le impedían ver.

Al terminar se recargó en el retrete y vió horrorizado el interior de este.

En el posaban varios pétalos de Gardenias Rojas, brillantes y hermosas pero con un significado y final de doble filo a su pensar.

-. No puede ser.- susurró mientras más lágrimas bajaban por sus mejillas, pero esta vez no eran por el esfuerzo de vomitar.

Sabía muy bien lo que eso significaba.

Tenía Hanahaki, la enfermedad más vista en los últimos años.

La más horrorosa enfermedad para unos y la más hermosa para otros tantos.

Venía del sentimiento del amor, pero de un amor que no era correspondido.

Un amor que era prohibido.

O un amor que nunca se daría.

A menos que seas de los pocos, muy pocos en verdad, afortunados que logran ser correspondidos antes de llegar a la última fase.

La muerte.

La misma enfermedad te daba una 'oportunidad', para lograr que la persona a la que amas te corresponda.

Te da cierto tiempo para que consigas ese amor no correspondido, y si lo logras serás dichoso con vida y el amor que tanto anhelas.

Pero si no lo logras, tu desdicha será morir.

Aunque había una tercera salida, una salida que encontraron los propios humanos en la desesperación por vivir.

Una operación, en la cual extirpan todos los pétalos y con ellos se va todo sentimiento de amor o cariño.