𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉𝑒𝓇 𝓃𝒾𝓃𝑒

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Era de noche. Las olas se habían apaciguado horas después de que la princesa Nicasia haya dado a luz a su primer hijo.

La reina de Bajo el Mar, Orlagh, nadó hacia los aposentos de su nieto, aprovechando la visita mientras su hija yacía descansando en su habitación. Orlagh hizo que dos sirvientas se retiraran del lugar, estas obedeciendo al instante como dos peces asustados. La habitación resplandecía de los colores brillantes de las algas y los corales que habían nacido a la par que su nieto y Orlagh no pudo evitar reprimir una sonrisa.

Tide, llamado por las olas que  perdieron el control a la hora de su nacimiento, dormía pacíficamente en su cuna hecha de conchas y perlas. Orlagh observó su delgado cabello azulado, su piel pálida con pequeñas escamas celestes (heredadas de su estúpido padre) y su diminuta cola de tritón la cual cambiaba de color al respirar. Por la mayor parte, Tide se asemejaba a su madre y ése dato hizo que  Orlagh sonriera con orgullo.

— Oh, mi Tide, mi pequeña perla, naciste con el don de la belleza — Orlagh murmuró.

En respuesta, Tide se removió entre sueños y Orlagh acarició su mejilla con una uña afilada.

— Tu madre tuvo complicaciones mientras te acercabas al mundo, y... pensé por un instante que no lo lograría. También pensé que estaría muy decepcionada de ella.

Orlagh apretó sus dientes de tiburón pero se tranquilizó y siguió acariciando el rostro del bebé con una sonrisa apacible.

— Pero, gracias a los mares, estás aquí. ¿Sabes por qué lo estás, linda perla? ¿Sabes por qué la causa de tu nacimiento? Bien, déjame contártelo todo.

Orlagh tomó suavemente a Tide en sus brazos y este no hizo ningún sonido de reproche, simplemente siguió sumido en su sueño. La reina nadó hacia la ventana, mirando en el exterior de esta donde el océano era oscuro y frío y la luz de la luna en la superficie se reflejaba en la agua salada.

— Te contaré una pequeña historia, mi pequeña perla. Mis ancestros eran ambiciosos. Ellos querían más que el océano entero, querían reinar el mundo de las hadas por completo. Todos fallaron en sus intentos de guerra, incluso yo misma lo hice. Traté varias formas de conseguir que mi raza tomara el trono de la Corte Real, pero Nicasia, tu madre... ella es débil.

Orlagh volvió su mirada a su nieto. Tide fruncía el ceño debido a un mal sueño, aunque parecía que su enojo se debía a las palabras de su abuela hacia su madre. Orlagh sonrió enternecida y suavizó su frente con la yema de sus dedos hasta que esta desapareció.

— Tu querida madre se dejó llevar por las hadas. Se enamoró del príncipe menor de los Greenbriar, y después de ello, ella cometió muchos errores que le perdoné. ¿Porqué? Porque soy su madre y entre familia, no debe de haber ningún conflicto.

Orlagh apretó sus pulseras de perlas para no lastimar a Tide por accidente.

— Ella estaba tan cerca de conseguir el trono o al menos un espacio en la Corte Real, ¿sabes? Pero, de nuevo, ella fue muy débil y perdió todo en tan poco tiempo. Y ahora, ése príncipe es el rey de Elfhame, de las hadas.

Orlagh volvió a mirar a su nieto, con ojos oscuros.

— ¿Quieres saber quién reina a su lado? Una mortal - Orlagh dijo en un susurro. — Por ella, fallé.

Nadando despacio hacia la cuna, Orlagh reposó el pequeño cuerpo de su nieto y lo observó detenidamente.

— La razón de tu nacimiento, mi pequeña perla, es porque pienso, no, más bien, creo que estás destinado a ser un rey.

Orlagh acercó su rostro hacia la diminuta cara de Tide y pudo notar sus largas pestañas de araña, sus mejillas teñidas de rosa, sus labios color coral.

— Tú serás lo que tu madre no pudo ser. Tú, mi Tide, mi preciosa tormenta, reinarás el mar y la tierra. Tú tomarás ambos tronos y reinarás por la eternidad. No me fallarás, pecesito, no lo harás. Me encargaré de ello.

Al finalizar sus palabras, Orlagh dejó un beso frío en la frente del bebé dormilón y con eso se retiró de la habitación sin mirar atrás.

🧜‍♀️🧜‍♀️🧜‍♀️

Estoy muuuy emocionada por el capítulo siguiente. Sólo diré eso. 👀

The Half PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora