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Dazai comenzó a leer en voz alta:

“El padre de este bebé es Dazai Osamu, cosa que es evidente creo yo.

Él se llama Toshiro, es un niño muy bueno y no suele hacer escándalos innecesarios...por lo menos no conmigo.

Tiene seis meses de edad, estuve esperando que tuviera la edad suficiente para poder dejarlo un rato.

No quiero que te hagas cargo de él para siempre, solo será un tiempo indefinido en el que yo no puedo cuidarlo ni tengo a nadie quien lo haga, pero ten por seguro que regresaré por él...

Siendo sincera lo que menos quería era dejarlo contigo, pero pude ver que ya eres una mejor persona en lo que cabe, y quise confiar.

Eso es todo, y por favor, cuida de él con tu propia vida. Sé que sentir amor paternal es prácticamente imposible para ti, pero no te pido nada de eso, solo que lo protejas hasta que yo pueda regresar.”

Ese era el contenido de la carta.

—...Tuviste suerte, ella va a regresar por él en algún momento. —dijo Yosano de repente rompiendo el incómodo silencio que había en el lugar. 

—Ajá...pero aún así será un estorbo. —soltó Dazai ganándose un golpe por parte del rubio.

—Podrá ser verdad lo que dices, ¡Pero tú no tienes derecho a decir eso maldito suicida! —exclamó molesto.

—Por el contenido de la carta...ella ha estado cuidándolo sola desde siempre ¿No? —habló Tanizaki con un poco de miedo por la tención que se sentía en el aire.

—Ahora que lo dices... —agregó Atsushi también con miedo.

—Woah entonces ahora tengo algo así como un sobrino. —dijo Kenji con inocencia acercándose al bebé para verlo directamente.

Le sonrió y segundos después el bebé también sonrió ampliamente haciendo que el pequeño Kenji se alegrara.

—Aww que lindo. —dijo Yosano para luego cargarlo en brazos y alzarlo hacia arriba. Haciendo así que el bebé soltara un par de tiernas risas.

Y con esas pequeñas acciones, parecía que el niño ya tenía en la palma de su mano al presidente, Yosano, Kenji, Atsushi, Tanizaki, y tal vez a Kunikida...

—Mm...veamos que hay por aquí. —dijo Rampo abriendo la pañalera. Se encontró con cosas típicas de bebés, como pañales, talco, toallitas, etc. Y unos frasquitos de vidrio. 

Tomó uno de ellos mirándolo con curiosidad. "Gerber Manzana" era lo que decía en la etiqueta.

Era obvio que se trataba de comida para bebé, aún así el de bellos ojos verdes abrió el frasco y con su dedo índice probó el contenido.
Abrió los ojos de golpe ante el sabor y volvió a comer un poco de la papilla.

—¡Oye que estás-! —lo iba a regañar Yosano, pero supo que era demasiado tarde cuando lo vio agarrar todos los frasquitos y llevárselos a su escritorio.

Dazai solo pudo suspirar con frustración, no era ni el primer día y ya no tenía casi qué darle de comer.

—¿Y si lo dejo en algún orfanato y voy por él cuando llegue su mamá? —propuso Dazai, ganando solo la mirada asesina de algunos— Ya~ era broma.

En ese momento las ganas de matarse de Dazai habían aumentado de sobremanera.

—¿Y qué comen los bebés? —preguntó Kenji curioso.

—Leche, pero normalmente directamente de su madre. —respondió Kunikida.

—¡Ah! ¡Cómo las vacas y sus vacas bebés! —exclamó Kenji con emoción.

—¡Eso es! —habló el castaño de repente— Hay que dejar que lo críen las vacas. —dijo orgulloso como si fuera la mejor idea del mundo, ganándose solamente un golpe de Kunikida.

—Ya enserio Dazai, este niño es tu hijo, tienes que hacerte responsable, y agradece que supuestamente su madre vendrá por él. —Le dijo Yosano.

—Aunque si se atrevió a dejarlo con este tipo no sé que esperar de ella, digo, ¿Hay algo peor que dejar a tu bebé con un maniático suicida? —acomodó sus lentes y suspiró con frustración.

—Ahg-...Yosano-san, para estar seguros, hazme una prueba de paternidad. —todos quedaron en blanco al oír aquello, no hacia falta una prueba para darse cuenta que era su hijo— ¿Qué? Capaz tengo un doble que abandonó a su hijo y ahora me lo quieren dejar a mi.

—Hump Como sea, no pierdo nada haciéndola, pero no te emociones, los resultados son obvios. —dijo mientras arrullaba al bebé en sus brazos.

—Bien ahora todos a trabajar...y tú Dazai ven conmigo a mi oficina. —habló Fukuzawa con su típica seriedad. Después le dió una mirada a Yosano, como diciendo que se encargara del niño mientras tanto, a lo que ella entendió y asintió.

Dazai intuyó que el presidente le daría algo así como consejos de padre a padre, claro, el mayor no tenía hijos en realidad, pero ciertos miembros de la agencia tenían ese tipo de lazo con él, así que tenía un poco de experiencia de lo que era ser papá...o por la menos más de la que podría tener el suicida.

Una vez en la oficina Fukuzawa tomó su lugar tras el escritorio e indicó a Dazai que tomara asiento en unas de las sillas en frente.

—Imagino que ya has de suponer que tú vida cambiará mucho... —empezó diciendo el mayor, Osamu asintió levemente— Escucha Dazai, tener un niño ya de por sí es difícil, un bebé lo es cien veces más...tendrás que esforzarte más en el trabajo, o por lo menos llega a la hora que es.

—Si bueno...sin ofender pero, ¿Eso que tiene que ver con que mi vida se haya arruinado aún más de uno momento a otro? —Agregó Dazai con una sonrisa claramente falsa.

—Como apoyo lo único que puedo hacer es darte un pequeño aumento. —los ojos de Dazai brillaron— por este mes solo será cortesía, para el próximo tendrás que ganarlo tal y como Kunikida y Yosano. —el rostro de Dazai era de horror al tan solo imaginarse llegando temprano a la par de Kunikida.

—Pero con un bebé, llegaré desvelado, cansado y es más, seguro mi eficiencia baje... —por lo menos tenía una excusa, una que esperaba no se hiciera realidad.

El presidente puso una mano en su barbilla, pensándolo. —Bien, entonces llegar temprano no es una opción. Está bien, por el momento momento me encargaré de que recibas más casos, con tal de que tu sueldo suba. Créeme que mantener un bebé no es nada barato...así que tendrás que dejar ciertos vicios Dazai.

—Si ya entendí... —estaba frustrado de como sería su vida, de cuánto tiempo tendría que cuidar al "mocoso" (como lo apodo en su mente), y pensando en quién podría ser la madre de ese niño; había estado con infinidad de mujeres, sería un lío siquiera intentar recordar a cada una de ellas para dar con la madre de Toshiro.

—Deberías agradecer que de seguro los demás te ayudarán. —con esas últimas palabras Dazai entendió que la plática había terminado, así que salió de la oficina luego de dar una reverencia a su superior.

Una vez afuera se recargó de la puerta, ni bien empezaba el día y ya estaba cansado.

«Si Odasaku estuviera aquí todo sería más fácil...incluso lo adoptaría» pensó recordando a su viejo amigo.

PAPÁ LUCHÓN [Dazai Osamu] [Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora