El intolerante

1.3K 38 20
                                    


Alejandro es un estúpido en toda la extensión de la palabra.

Era homofóbico, transfóbico, misógino y machista.

Para él (que había sido criado en un hogar tradicionalista) lo natural era hombre y mujer (nada de parejas homosexuales), si naciste siendo hombre o mujer te tenías que aguantar.

Desde su punto de vista una persona transexual no era otra cosa que un enfermo mental, y debía ser tratada como tal.

.
.
.

—Muy bien jóvenes saluden a Fernando— decía la maestra presentando a un estudiante "nuevo".

—Buenas tardes a todos— dijo Fernando —Mi nombre es Fernando Gutiérrez Blanco... y yo ya los conozco, hasta el curso pasado me conocían como Fernanda, pero bueno, quiero que sepan que yo soy un hombre, y quiero que se me trate como tal— dijo Fernando.

"La marimacha de la escuela, ¿Por qué no me sorprende" pensó Alejandro.

—Muy bien Fernando, tu puedes sentarte al lado de Alejandro y Raúl— dijo la maestra Lucero.

"Genial, ahora me toca estar cerca de esa vieja loca" pensaba Alejandro "Las cosas no podrían ponerse peor por aquí".

—Hola— dijo Fernando a Alejandro y Raúl.

—Saludos bro— dijo Raúl —¿Qué cuentas compa?—

—Raúl— dijo Alejandro interrumpiendo su conversación —Si sabes que Fernanda es una chica, ¿Verdad?—

Una expresión difícil de describir se hallaba en la cara de Fernando, parecía una mezcla de coraje, tristeza y odio a Alejandro y odio a si mismo a la vez.

—Vamos bro, déjalo ser, si quiere ser un chico...—

—Yo no quiero se un chico— Interrumpió —¡Yo soy un chico!— dijo Fernando.

Él se aclaró la garganta y dijo:

—A diferencia de ti yo no tuve el privilegio de nacer en el cuerpo adecuado, eso no me hace menos hombre—

—No... te hace una mujer, y oye bien, siempre vas a ser una vieja no importa lo que hagas, una mutilada si quieres pero vieja al final del día— dijo Alejandro.

—Bro. Creo que te estás pasando con él—

—¡Ella! Es una marimacha, sin importar que haga nunca será un hombre.—

.
.
.

El resto del día Fernando estuvo evitando hablar con Alejandro.

"Deberían de darle una buena cojida a ver si se le quita lo lesbiana" pensó Alejandro.

—Oye marimacha— hablo Alejandro —Ya déjate de mamadas, estas arruinando tu cuerpo—

—Que te importa Alejandro, tu no entenderías lo que se siente estar en un cuerpo que no corresponde con tu identidad—

—¿Acaso importa la identidad? Yo puedo querer ser Messi y aunque me cambie el nombre nunca seré Messi— dijo Alejandro repitiendo una frase que recordaba de algún grupo similar al Progreposteo.

—Eres un desgraciado Alejandro, tu tuviste el privilegio de ser cisgenero, dime, ¿Y si no lo hubieras tenido?—

—Esas son ideas ridículas, uno tiene que aguantarse con lo que le toque y punto— dijo Alejandro —En mi opinión no eres más que una mujer loca que debería de estar en terapia psicológica—

—Ahora si me disculpas, deja de hacerme perder el tiempo— dijo Alejandro antes de retirarse.

.
.
.

—Entonces... ¿Tu compañera marimacha salió con la pendejada de que es hombre?— decía la mamá de Alejandro.

—Efectivamente, me parece que incluso se mutiló los senos y se inyecta quien sabe que pendejadas— decía Alejandro.

—Cada día estamos peor Alejandro, por suerte tu no eres estúpido como los de tu generación—

.
.
.

Alejandro se fue a dormir con odio esa noche.

¿Tu género no coincide con tu sexo biológico? Para Alejandro eran estupideces.

Entre la noche Alejandro empezó a sentir unos fuertes dolores.

Entre sueños sentía como sus piernas y su cadera se movían de una forma en la que pareciera que se ensanchaban.

Al mismo tiempo una fuerte presión en el pecho le dificultaba un poco respirar.

Una sensación rara igualmente se sentía en su cuerpo cabelludo.

Pero nada superaba al dolor de su entrepierna, como si los testículos fueran golpeados en varias formas que no deberían.

A su vez diversas sensaciones en el área del vientre le estaban atormentando.

.
.
.

La noche terminó.

La alarma de las 5:30 am sonó avisando a Alejandro que era hora de preparase para ir a la escuela.

"¿Qué fue todo lo de anoche?" Penso Alejandro.

Abrió los ojos, su cuarto seguía igual, la alarma seguía sonando y sus cortinas estaban cerradas, además de que un mechón de cabello negro le atravesaba la vista.

"Espera... yo no tengo el cabello largo".

Intento tirar del cabello, al mismo tiempo vio que su mano se veía diferente, al tirar del mechón de pelo este solo le provocó un dolor en la cabeza, ese pelo era suyo.

—¿Qué está pasando?— pregunto Alejandro, pero su voz sonaba aguda, como si de una adolescente se tratara.

En ese momento Alejandro se percató de algo que le preocupó un montón.

"¡Tengo senos! Además de esa voz de niña" pensaba y en ese momento un temor muy grande se apoderó de él "No, no, no, ¿donde chingados esta mi pito?"

Alejandro se vio incapaz de pensar en que hacer.

En ese momento la idea más brillante que se le ocurrió fue volver a dormir y esperar que esto se terminara.

.
.
.

—¡Alejandro!— La voz de la madre de Alejandro se escuchó al mismo tiempo que la puerta azotaba —Son las 7 a.m. a esta hora ya deberías estar en la escuela—

Alejandro se despertó cubierto por sus cobijas, sin embargo se dio cuenta de que los cambios de la noche seguían ahí.

Aún tenía el cabello largo, aún tenía senos y su pene no estaba.

En ese momento la madre de Alejandro le descubrió las cobijas para intentar levantarlo.

—Apurate Ale.. Jan.. dro— dijo la madre de Alejandro al ver a una niña de la edad de su hijo en su cama.

—¿Y tu eres?—

—Mamá... soy yo, tu hijo—

¿Un Chico?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora