The Demon's Season [Helluva Boss]

Encuentros y estaciones: Moxxie

The Demon's Seasons

Escrito por ShadeReilly

Ilustrado por Kraukire

Según las creencias y el folclore, en el Infierno había toda clase de seres de la oscuridad, empezando con Lucifer y su corte, con la única misión de corromper a la Humanidad y arrastrarlos hacia el abismo. Entre las criaturas del Inframundo que tenían a los humanos como sus presas, ya fuera seduciéndolas en los sueños como los súcubos o directamente apareciéndoseles como los grandes príncipes y duques de la corte Infernal, estaban las criaturas llamadas diablillos.

Estos curiosos seres, más grandes que las hadas de los cuentos de hadas europeos, a diferencia de los grandes demonios, sentían más que maldad, curiosidad de los humanos y buscaban estar cerca de ellos, aunque siempre era para al final arrastrarlos a la condenación, usualmente con bromas y trucos que, aunque resultaran graciosos, la inmensa mayoría de los humanos se asustaban y trataban de espantarlos... Y en esa época como la que transcurría, llena de gente chiflada por la religión y obsesionada en encontrar y destruir buscar brujas y monstruos por doquier, más todavía.

...Pero hay algunos que aún lo hacen, en contra de sus instintos y convicciones.

...

Un diablillo menudo, de ojos como brasas y cabellos tan blancos como la nieve, vagaba por la Tierra en busca de algún humano, sin mucho éxito. Casi todos huían de él o lo espantaban con piedras o cualquier cosa a su alcance, por lo que se la pasaba solo entre el bosque y las grutas. El eco de un pájaro le hizo levantar la cabeza, observando por unos minutos los rayos del tardío y pálido amanecer brillar entre las ramas más altas de los árboles con pequeños brotes verdes de la primavera, envolviendo todo el paraje en una especie de resplandor... Era tan diferente a los llanos y el cielo siempre rojos del Averno.

Al acercarse a un riachuelo para beber, vio a una joven humana que estaba aclarando unos linos en el agua. Era diferente a la mayoría de los humanos que había visto en esa aldea cercana, pues su piel era oscura como el chocolate y sus ropas eran más simples, sino más sucias que la de los demás. Lleno de curiosidad, el diablillo intentó acercarse a ella, pero resbaló y cayó.

...Ella se había ofrecido a aclarar el lino en el pozo para respirar un poco fuera de esa casa. Cada día era lo mismo: Si no era la señora Martha tratándola con desprecio y mirándola con asco, era el señor Ralph buscando cualquier error que ella cometiera, una moto de polvo que no limpió, una esquina que no fregó, para que este le agarrara la muñeca con brusquedad, aunque eso no le causaba tanto pavor como su mirada sobre ella... O los niños que buscaban toda clase de excusas para culparla de cualquier destrozo que hubieran hecho.