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Educación física. Mi asignatura aborrecida. 

El problema no es ser malo en deportes, soy alto y eso es una ventaja casi tan grande como yo. Tampoco mi pereza es un problema, mi competitividad ya lo soluciona. 

El problema es el miedo de matar a alguno de estos idiotas jugando a basket.

Solamente tengo dos modos cuando juego: modo meteorito y persona floja, no puedo encontrar la media por algún motivo y eso me frustra demasiado. 

- Hoy tocará jugar a Balón Prisionero.

Es algo patético que mis compañeros digan que eso no se juega en preparatoria, pero que ninguno diga: "Antes calló una pelota como meteorito, no juguemos a esto". ¿Por qué soy tan buena persona como para dejarles vivir a criaturas con materia gris insuficiente?

- ¡No se quejen, chicos, será divertido! ¡No importa si es infantil, recordemos nuestra infancia...! ¡Demos todo lo que tenemos!

Saburo Kusaba es molesto y ruidoso, me estresa demasiado, sobre todo en la junta de delegados. Me cae mejor cuando está tranquilo en clases, pero por algún motivo le da la hiperactividad cuando intenta motivar. Muy raro todo, que alguien le haga una lechecita. 

Aunque, como sea, motivó a todo ser vivo salvo personas como Narumi y yo: seres independientes de motivación al no tener un objetivo mínimo establecido en nuestra vida. 

- Decidiremos los grupos por piedra papel o tijeras. 

Volví a cagar, ¿cierto?

Sí, definitivamente al tener la desgracia de tener a un sol como Saburo en mi equipo, seguramente intentando motivar al resto. 

Bueno, el inocente de Oliver está en el otro equipo al igual que el depresivo de Narumi, así que en parte me salió bien la jugada.

Y así divididos empieza el juego, con Saburo moviéndose hiperactivamente de un lado a otro, dejando que sus rizos negros de un lado hacia el otro, consiguiendo eliminar uno.

- ¡Lo sentimos, Hideki!

Veo como me gritan eso mientras me tiran la pelota, dándome a la oportunidad de quedarme tranquilo en una esquina solo, así que obviamente me dejo dar el golpe. 

- ¡Hideki!

Se empiezan a acercar a mí un par de compañeros, preocupados por el tremendo golpe que me acabo de llevar. El chico de ojos amarillos se acerca a mí, mirándome la cara roja por el impacto.

- ¿Intentaste agarrar la pelota?

- Sí. 

- Bueno, no importa... Porque cara no vale.

Maldigo el linaje completo del desgraciado que pensó que era una buena idea hacer una regla de esa manera, ¿qué clase de utilidad tiene eso, siendo sincero?

Y sobre todo, flaco, Saburo, ¿POR QUÉ ME MANDAS A MÍ A DEVOLVER LA PELOTA?

Siento unas enormes ganas de explotar el objeto, no queriendo lanzar por el miedo a lanzar otro meteorito en campo ajeno, encima, tiene la cara de venir a motivarme a la hora de lanzar la pelota. 

Consigo mandar la bola lo más suavemente que puedo, quedando como el flojo que quiero ser. Me alejo un poco, mientras escucho la alegría del chico con pecas al creerse que es un gesto amistoso y la molestia de mi compañero con una cicatriz.

- ¡Lo siento, Hideki, pero, tengo que ir al máximo por mi equipo!

Oliver es un niño muy bueno, lo segundo se sabe por su disculpa y lo primero por lo profesional que luce a la hora de jugar un juego tan infantil, llevándose a seis del equipo mientras quedamos Saburo y yo. 

𖨌꩜˖໋ ꒥ ͝ ꒥𝕋𝕙𝗲 𝕕𝗶𝕤𝗮𝕤𝘁𝗿𝗼𝘂𝕤 𝗛𝗶𝕕𝗲𝗸𝗶 𝗛. 🗯️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora