Capitulo 3

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Camine junto con Sarah hasta el café, observando las vidrieras de las tiendas en el centro. Me sentía renovada, había pasado tiempo desde la última vez que pude dormir bien; Después de lo de Griffin me costaba mucho pegar el ojo. Tenía miedo de estar durmiendo y que él entrara a mi habitación para acabar lo que había empezado.

Entramos al local haciendo sonar la campanilla con la puerta. Michael ya estaba ahí, atendiendo algunas mesas. Tome mi delantal de debajo de la barra, lo pase por encima de mi cuello y lo até tras mi espalda

Fuí a atender la mesa número nueve - Si, mi hermana enumeró las mesas, ¿Raro verdad?. Aunque supongo que es una buena forma de organizarse - el mismo chico de ayer estaba sentado allí. Parecía estar tenso y algo angustiado, me acerqué lentamente y toque su hombro con el dedo, él se volteo tan rápido como un rayo, clavando su profunda mirada verdosa en la mía.

Carajo.

Baje la cabeza, evitando verlo a los ojos, era intimidante.

- Buenos días, Erick. - Saludé amable. Aunque por dentro moría de vergüenza por no poder mirarlo.

- Hola, ___.

- ¿Qué vas a ordenar?

- Un café y dos muffins de chocolate. Uno para comer aquí, y otro para llevar.

- En seguida.

- Gracias - respondió intentando sonar sereno, pero su voz era firme y dura.

Un pequeño escalofrío recorrió mi espalda, me alejé apresuradamente de la mesa y prepare rápido lo que Erick había ordenado.

Metí uno de los Muffins ya hechos en una pequeña bolsita color coral con un listón rosa bebé - Tendre que decirle a Sarah que compre otros colores. No creo que a un chico con ese estilo de tipo malo quiera andar con una bolsa que lleva un listón rosado - coloque el otro muffin sobre un plato blanco, tome una taza del estante y serví el café caliente en ella. Puse todo sobre una bandeja plateada y lo lleve hasta su mesa.

- Aquí tienes.

Deslice la bandeja sobre la mesa, dejándola frente a él.

-Muchas gracias, ___ - me dió una pequeña sonrisa forzada y entonces miro el empaque del muffin con una mueca.

- N-no... No había de otro color - vacilé señalando la bolsa.

- Así es perfecto. - está vez si sonaba relajado y dulce. Era como si encontrará alguna especie de confort en ese muffin de chocolate.

- Bueno, me alegro de que sea Perfecto.

El solo asintió y le dio un trago a su café. No sé cómo lo hizo, esa cosa estaba hirviendo.

Psicópata bebedor de café hirviendo.

Negué y reí internamente ante el ridículo mote que le había puesto. Volví a la barra esperando atender otra mesa o que él terminará para poder recoger el plato y la taza.

El cabello me caía sobre la cara mientras jugaba con uno de mis largos mechones y accidentalmente me pase la mano por el hombro izquierdo, rozando ligeramente la cicatriz que Griffin había hecho, justo cuando noté que el psicópata bebedor de café me estaba mirando.

¿Acaso tengo algo en el rostro?

Me di vuelta para verme en el pequeño espejo que había sobre el estante.

No, no tengo nada. Quizá mi ropa.

Mire lo que llevaba puesto; ¿Que tendría de malo unos leggins negros, una blusa blanca con rayas de Burberry y mis Vans moradas?

Sensaciones [Erick Brian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora