Liu Qingge x Shang Qinghua

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Incluso, más fuerte que Liu Qingge

— ¡Shang Qinghua! — una patada en su puerta y la madera salió volando. Ya no lo sorprendía, simplemente se agachó y continuó firmando y sellando papeles.

— el señor de la cumbre Bai Zhan debe recordar que la cumbre An Ding no sólo trabaja para él — su paciencia tenía límite.

— ¡Tu! ¡¿Cómo te atreves?! — los pasos fuertes y pesados se escucharon cercanos — ¡Necesito que repares las puertas! ¡Una ventana! ¡Una mesa de té y algunos pilares! —

— ¡¿qué?! Y se podría saber, ¡¿Porque tanto?! — siente que su cabeza va a explotar — Apenas y ayer fui y lo supervise con mis propios ojos, ¡ayer todo estaba en orden! ¡Reparamos 5 puertas! ¡Un pasillo completo! ¡Y si no fuera poco! ¡Arreglamos tu jardín! —

— ¡¿me estas retando?! — sintió su túnica ser sujetada, sus pies apenas y tocaban el suelo pero esta vez no tenía miedo. Estaba irritado, con sueño y migraña.

— ¡Si! ¡Te estoy retando! ¡Maldito shido irrespetuoso! — se soltó de su agarre y le miró con furia hirviendo en sus ojos — ¡te reto! —

Para Liu Qingge, esta mirada solo le trajo risa, su pequeño shixiong con las cejas fruncidas, las mejillas rojas e infladas y sus manos en su cadera. Una escena adorable. Pero las siguientes palabras lo golpearon, como una fuerza invisible que lo tiro varios metros y lo dejó inconsciente.

— El señor de pico, del pico An Ding, de la Secta de la montaña Cang Qiong, cierra de forma indeterminada toda administración de suministros a la cumbre Bai Zhan, hasta que el señor de dicha cumbre reconozca la valía del pico An Ding —

—... — Shang Qinghua estaba con el ceño fruncido, sus mejillas hinchadas y sus manos ahora cruzadas sobre su pecho, ya no se veía tan odorable. Daba miedo — debes estar bromeando —

— bien, si mi shidi cree que mis palabras son broma. Le sugiero se retire. Este señor tiene mucho papeleo como ve — se volvió a sentar en su escritorio y continuo con su trabajo.

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Liu Qingge estaba afuera del pico An Ding, con el ceño fruncido y Cheng Luan en su mano. Yue QingYuan le había sonreído amablemente mientras le entregaba un papel con lo que ayer había dicho su shixiong ¡el líder de secta lo aprobaba!

— ¡Shang Qinghua! — grito y se adentro a la casita de ocio, para luego salir como un perro apedreado, con las orejas bajas y la cola entre las patas.

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La siguiente vez que visitó el pico An Ding, en sus manos ya no estaba su espada, sino una bolsa con un monstruo peludo. Al adentrarse, se encontró con la sorpresa de su shixiong durmiendo.

Estaba con su rostro sereno, ya no había las ojeras y ahora se veía adorable en otra forma, su cabello regado en la almohada y su túnica a medio poner, revelando un fruto rojo.

Liu Qingge salió esa tarde, sin bolsa que contenía al monstruo y con una cara tan roja que parecía gotear sangre.

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La siguiente vez que Liu Qingge llegó hasta su puerta, estaba en un estado deplorable. Como si hubiera ganado 100 batallas en una noche, su ropa hecha girones y ni siquiera había cinturón para llevar a Cheng Luan.

Lo sacó por las mismas.

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Había pasado 5 semanas y Shang Qinghua estaba que se regocija de alegría. Había terminado todo su papeleo, ¡todo! ¡Y solo porque dejó de reparar las cosas de Bai Zhan!

Suspiro aliviado y salió a tomar aire fresco. Pero frunció el ceño al percibir el olor metálico de la sangre. De inmediato se asustó y ahogo un chillido.

Shipp De La Secta De La Montaña Can QiongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora