Shang Qinghua x Shen Jiu

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— dime que quieres hacer —

— lo mismo que tú al tratar con ese chico —

El filo de XiuYa lastima su cuello y con el ceño fruncido se acercó más a Shen Qinqiu.

— me quiero deshacer de la raza humana — retiro la espada de su cuello — dime shixiong, ¿que le ves de bueno aquí? —

— ¡este es el hogar que construí! — escupió, fuego ardiendo en su mirada.

— ¿hogar? ¿Esta posilga? —— Shang Qinghua empezó a reír — de todos modos morirás si sigues tratando con ese chico — sacudió sus mangas y se sentó en su escritorio — tratar con demonios es lo que hago a diario — tomo un sorbo de té — tu no sabes lo peligroso que es tratar con Binghe —

— ¿la pequeña bestia? —

— ¡Ay, por favor! ¿No le encuentras familiar? — su rostro mostraba abiertamente lo obvio.

— ¿familiar? Deja las bromas, me da asco — la espada seguía alzado a la altura del cuello ajeno.

— Shen Jiu — le miro con burla al ver como el color desaparecía del rostro ajeno — has visto a todo y de todo en este asqueroso mundo, te superaste y eres el segundo señor de la secta, ¿no encuentras esa cara familiar? — la mueca en sus labios solo disgusto más a Shen.

— llámame así de nuevo y tu cabeza rodará por las escaleras —

— ¿ves? Deberías de haberte concentrado en la pregunta —

— no me importa la pequeña bestia —

—... — bien, tal vez iluminar a su shixiong los salve de algo — ¿recuerdas a Su Xiyan? —

—... —

— supongo que ya te diste una idea, shixiong — se levantó con una sonrisa y camino hacia Shen Qinqiu — no deberías de tratar con ese demonio si no quieres morir —

— morir no me importa y me importa una mierda esa bestia —

— pero te importa Zhanmeng shixiong — palmeo el hombro ajeno y se alejo — yo tengo asuntos que tratar al otro lado, nos vemos shixiong —

Con unos papeles en mano saco un talismán de teletransportación y dejo el lugar.

— maldito Shang Qinghua —

°°°°°°
Muy tarde en la noche, Shang Qinghua llegó a su casa de descanso, su cuerpo adolorido con sangre tanto seca como fresca en sus túnicas.

No le importaba mucho, igual, él mismo lavaba su ropa.

— veo que el demonio de hielo te trata bien —

Sobresaltado saco su espada y apunto al intruso, soltó un bufido y se acostó a la cama.

— no deberías entrar sin permiso, shixiong —

— nadie me da órdenes — se acercó a la cama y tomo la muñeca ajena — servirá por un rato —

La energía pasaba por todo su cuerpo, sentía cada hilo de energía abriendo los meridianos y reparando su carne. Se relajo.

— ¿quieres ayuda con el niño o algo? —

— quiero que dejes libre a Cang Qiong —

La risa divertida de Qinghua sólo enfureció al otro.

— Shen Jiu, aah~ — suspiro y sonrió — Me temo que eso es imposible —

— se que puedes persuadirlo —

Shipp De La Secta De La Montaña Can QiongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora