Así que aquí estás sayayin. Dijo black con una sonrisa siniestra.
-Tendré que llamar tu atención.
Dijo mientras volaba hacia la ciudad.
-Con esto será suficiente...
Termino de decir mientras cargaba un ataque de energía lanzandolo hacia la ciudad, provocando una gran explosión asustando y alterando a la ciudad.
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Black: No tardes sayayin...
EN LA ESCUELA.
-Oye. Ya llegamos a tu club. ¿Ya te bajas de mi espalda? Dijo Goku.
-Si. Dijo fujiwara mientras se bajaba de la espalda del sayayin.
Fujiwara: Gracias por traerme. Dijo felizmente.
Goku: No hay de que.
Dijo Goku con una sonrisa, pero su expresión cambio a una de seriedad al percibir un inmenso ki maligno en la ciudad.
Goku: No puede ser... Black ya está aquí. Dijo mientras intentaba no ponerse alterado.
Fujiwara: ¿Quien? Dijo con una expresión de confusión.
Goku: No importa. Me tengo que ir. Nos vemos después fujiw...
Pero fue interrumpido por la explosión que causó Black, asustando a todos los que lo vieron por las ventanas de la escuela y dejando en shock a Goku.
Fujiwara: ¿Q-que fue eso? Dijo asustada mientras abrazaba con fuerza al sayayin.
Fujiwara: Espera un momento... Mi... Mi madre estaba en el trabajo. Dijo alterada.
Fujiwara: Tengo que ir allá.
Dicho esto la pelirrosa empezó a correr hacia la salida de la escuela, pero Goku se teletransporto enfrente de ella.
Goku: Tranquilizate chika, tu madre está bien. Pero corre un gran peligro estando en la ciudad. Yo iré por ella.
Fujiwara: No me puedo tranquilizar. Mi madre puede estar en peligro. Necesito ir a la ciudad.
Le respondió al Sayan con alteración, dejando de lado que el pelinegro apareció de la nada enfrente de ella.
Al ver cómo se encontraba la pelirrosa, el Sayan decidió darle un beso en la boca para tranquilizarla, cosa que funciono un poco.
Goku: Tienes que confiar en mí chika. Ve a la sala del consejo estudiantil y trata de tranquilizarte. Yo iré a la ciudad y traeré a tu madre sana y salva. Dijo mirando a los ojos a la pelirrosa.
Fujiwara: Pero...
Goku: Confía en mi. Dijo dándole una sonrisa que la tranquilizó.
Fujiwara: Está bien... Pero solo trae a mi madre a salvo.
