Capitulo 12

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Apenas había comenzado a correr tras el, cuando se metió en la zona de fumadores. Stan, de vez en cuando fuma. Empezó en una de las muchas etapas y crisis que tenía cuando Wendy rompía con el. Siempre llegaba envuelto en una nube de humo a clase y de vez en cuando también venía borracho o resacoso. No podía ni mantenerse en pie. Era yo quien le ayudaba a no caerse, era yo quien le llevaba a casa, era yo quien mentía a sus padres para que no sospechasen, era yo quien se llevaba las broncas... y como me lo agradeció? Ignorándome cuando la puta de su novia volvía a utilizarle pidiéndole salir de nuevo, así me lo agradeció.

Yo, odiaba el tabaco. No me podía acercar a él, no podía olerlo y mucho menos fumarlo. Comencé a odiar todos los vicios que hacían de Stan un verdadero desecho humano; el tabaco, el alcohol... y Wendy. Esa zorra era el peor vició de todos. Pero por suerte, cada vez su necesidad de estar con ella se redujo. Ahora, solo necesitaba fumar, o más bien... vomitar.

Por la cristalera que daba a la terraza de los fumadores, vi todo lo que pasaba. Stan entro corriendo, y mientras era observado por los demás presentes, se agarró a una maceta y vomito dentro. Por los nervios, no pude evitar reírme. Fui a su encuentro. Cuando abrió la puerta de la terraza para salir de allí, una ola de olor a tabaco entro acompañado de gestos de asco o burlas hacia mi amigo. Me enfadé.

-EH!!! Todos vosotros habéis vomitado alguna vez, así que no os riáis!!- Pase mi brazo por encima de sus hombros.- Ademas, EN NADA MORIRÉIS DE CANCER!!! JA.- Cerré la puerta.

-No ha sido muy buena puya que digamos...

-Soy consciente de ello.- Mire de reojo a mi acompañante. Estaba bastante pálido, menos por la parte de las mejillas, que como siempre que le tocaba, estaban coloradas. Le aparte un poco el pelo de la cara. El rojo aumentó.- Oye, no tienes muy buen aspecto. Quieres ir a por un batido?

-Si, por favor.

Minutos después estábamos en la zona de restauración. Un batido de chocolate y uno de maracuya compartían mesa enfrente nuestro. En un largo rato de silencio, algunas miradas se cruzaban, otras se escapaban. Cuando casi había terminado su batido, Stan comenzó a hablar.

-Mi madre propuso el otro día celebrar la navi... las fiestas juntos, que te parece?

-Bueno, tendría que preguntárselo a mi madre, y no te imaginas lo mal que lo pasa en estas fechas... es que, tú sabes lo difícil que es ser judio en navidad? Es realmente triste... y más en un pueblo como este, lleno de cristianos... y todos conservadores.- El me miro con el ceño fruncido.- Menos tú, claro.

-Gracias.- Terminó su batido de un trago.- Bien, cuando llegue a casa le diré a mi madre que llame a la tuya. Ahora tenemos algo más importante entre manos; el disfraz.

-Es cierto, se me había olvidado.- Saque el móvil.- Déjame que busque ideas en pinterest.- El me imito y saco su smartphone también.

-Marceline y Bubblegum.

-No me apetece ponerme peluca.

-Y Marshall Lee con Prince Bubblegum?

-Y nos pintamos el cuerpo de rosa y gris? No me parece buena idea...

-Luca y Alberto?

-Light y L?

-Eddie y Richie?

-Freddie Mercury y David Bowie?

-Craig y Tweek?

-CRAIG Y TWEEK!?!? JAJAJAJAJAJA.- Casi me ahogo.

Después de muchas más ideas, cuando nos íbamos a dar por vencido, a Stan se le ocurrió la siguiente idea:

-Y que te parece los de Good O'mens? Como se llamaban...

-Aziraphale y Crowley?- El asintió.- Bien pues... ME PIDO CROWLEY!!!- Toda la gente del alrededor se giro. Había gritado más de lo que pensaba.

-No es justo!! Pero si tú eres más un ángel que un diablo... eres un angelito.

-No Stan, no me vas a engañar con tus melosos cumplidos. Además, soy pelirrojo y más alto que tú, así que te jodes.

-Me sigue sin parecer justo.- Miro su reloj.- Y me encantaría seguir quejándome, pero creo que llegamos tarde.

Durante el viaje de autobús, estuvimos hablando de la fiesta y demás cosas. Cada vez me sentía más cómodo con el, y cada vez sentía que era más especial. Al fin había dejado atrás su obsesión con Wendy y al fin empezábamos a pasar más tiempo juntos. Cuando estaba con el, deseaba que ese momento fuese infinito y no terminase nunca. Tristemente, siempre terminaba, pero no pasaba nada, porque al rato volvíamos a hablar, ya fuese por mensaje o por llamada, amaba estar con el.

Cuando bajamos del bus, me cogió de la mano disimuladamente y me acompaño a mi casa, que estaba a escasos metros de la parada de autobús.

-Te has dado cuenta de que...- Me miro a los ojos. El vapor que emanaba de su boca hacía formas en el aire poco antes de desaparecer.- todos los personajes que hemos dicho antes son parejas?

-L-la verdad es que no me he fijado. Pero buena información.- Le dedique una pequeña sonrisa. El dio un pequeño resoplido, que interprete como una risa.

-Bueno, como ya hemos llegado...- Se puso delante mío, de espaldas a mi casa y dio un pequeño salto abriendo los brazos.- Bienvenido a mi truco final: demostrarte que merezco más ser Crowley que tú. Por favor, acompáñame.- El tendió su mano. Cuando le di la mía, la beso y con ella aún agarrada comenzó a correr hasta la parte de atrás de mi casa. Comencé a reír como acto reflejo y fui corriendo tras el.

-Preparado?

-Por supues...- Apenas me dio tiempo a responder cuando sus manos me empujaron contra la pared.

El apoyo su cadera contra mis muslos para mantenerme sujeto. Con sus manos, tiro de las solapas verdes que salían de mi gorro para acercarme a él. Si que me apetecía un beso, dulce, cariñoso... tal vez un poco largo. Pero sabía que la cosa no iba a tirar por ahí, así que decidí pararle de la mejor manera que supe.

Me liberé de sus caderas lo más suavemente que pude y ante su cara desconcertada me agache a su altura, pase las manos por sus hombros y le di un dulce beso. El sonrió.

-No estoy muy cómodo con ciertas cosas, espero que lo entiendas.- Dicho esto le di un abrazo, y el, tirando hacia abajo de mi gorro, volvió a besarme.
En ese momento me pareció oír un ruido, pero era bastante menos interesante que el pelo azabache, quien me miraba como un niño mira un caramelo, así que no le di importancia.

-Está bien.- El me sonrío. Era tan lindo cuando sonreía...- Pero dado a que lo he intentado, quiero ser Crowley.

-Mmm no, sigo siendo yo, tú eres un pequeño angelito.- Dije agarrándole de la mejilla en forma de mofa.

-Eres injusto Kyle Broflovski.

-Y tu eres muy mono, Stan Marsh.-Con un pequeño beso me despedí del pelo azabache y me dirigí hacia la puerta.

Cuando fui a entrar en casa, vi un rastro de pétalos que se extendía hacia al otro lado de la calzada.

-Que coño es eso?

Hace frío fuera [Style]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora