Adiós es tan amargo... prefiero decir te quiero

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La nieve dejo de caer en el bosque, apenas y cubría la tierra de este lugar en el que habían cambiado su destino

El paisaje del bosque con la luz de la luna alumbrando la oscuridad de la noche hubiera traído la magia de la paz al estar al lado de su compañero

Más no hay calor ni paz

Algo se ha roto y Song Lan y Xiao Xingchen lo pueden sentir en sus almas

El frío que siente Xiao Xingchen es tan fuerte cómo el pavor que siente Song Lan al sentir el férreo control de su gentil y poderosa mano en su cola

Pero el miedo de Song Lan no es el clásico miedo por el toque ajeno que lo atormenta desde que era pequeño

No, es el que no le permite mirar a Xingchen y enfrentarse a la realidad de que ha tomado una decisión a expensas de la voluntad del propio Xingchen

Una parte de él reclama: ¡Cómo se atreve a decidir por Xingchen!

Pero esa parte se calla ante la perspectiva de que Xingchen se quede atrapado con él, ambos malditos para siempre sin poder ir más allá de las fronteras del pueblo

“Esto es lo mejor para él” intenta convencerse

Más la voz de Xingchen lo atrae apenas y oye su voz

- Estamos fuera del pueblo no es así - una afirmación más que una pregunta sale de la boca de Xiao Xingchen sin el sonido de la característica calidez que siempre le acompañaba cuando se dirigía a su compañero

Song Lan quiso llorar y suplicar por perdón, pero se recuerda que si no hace esto Xingchen...

- Si no que Song Lan?

El lobo casi es presa del pánico por la rabia con la que se mezcla el sonido de su nombre

Se había perdido tanto en sus pensamientos que incluso lo había dicho en voz alta?

- Solo hago lo que pienso es lo correcto - se justifica escapando del férreo agarre en su cola aprovechando que ante sus palabras Xingchen había la había soltado

- Y crees que simplemente voy a aceptar esto y marcharme sin mirar atrás!

- Xingchen - calmando su persona, Song Lan habló con firmeza aún si podía sentir su cuerpo temblar - tienes que volver al mundo humano y seguir tus sueños

- Nuestros sueños - espetó Xingchen cerrando las manos con fuerza intentando controlar la rabia que subia por su garganta, nunca antes se había enfadado tanto y menos con Zichen - Dejaron de ser solo mis sueños desde que caminamos juntos, no voy a irme solo porque tú quieras. No te voy a dejar solo

- No te quedarás! - Song Lan ladró, no se había sentido tan frustrado con Xingchen, jamás penso que él sería víctima del lado terco de Xingchen, ese lado que no va a dar marcha atrás, que se quedara plantado en el suelo cómo un árbol inamovible al viento, al mar o cualquier fuerza de la naturaleza o humana que se le interponga delante suyo

El lobo gira su cuerpo una y otra vez formando ochos, gruñendo cómo la bestia que empieza a dominar su mente, sus patas pisan con fuerza la tierra enlodada por la humedad de la poca nieve que queda en esta parte del bosque, algo dentro suyo le insta a encarar al otro, gruñirle, mostrarle los dientes y hacerle saber que tampoco va a dejar que eche por la borda su vida, se para delante de Xingchen que lo mira preocupado por la muestra de un comportamiento que nunca le había visto hacer

Ambos: hombre y bestia se miran

Uno asustado por la brecha que se va formando entre ellos

El otro desesperado por alejarlo antes de que sea tarde

Luna de PlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora