Parte 8: El ángel de plata.

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Todo estaba listo al día siguiente para la fiesta de cumpleaños de Adrien. Los jardines de la mansión Agreste lucían impecables. El piso del salón de fiestas privado estaba reluciente.

Se había montado un escenario al fondo donde tocaría Jagged Stone y otras celebridades que habían sido invitadas.
Mesas fueron colocadas a ambos lados de la entrada. Mesas en las que habría distintos tipos de comida que iban a ir desde bocadillos y comida rápida hasta exóticos platillos gourmet.
A continuación se había dejado una zona con mesas y sillas para que los invitados pudieran sentarse a comer. Y una última zona había sido reservada bajo el escenario para poder bailar.

Adrien se había levantado más temprano esa mañana. Después de la conversación con Luka, casi no había podido dormir imaginando lo que podría pasar durante la fiesta.
Estaba en las escaleras del salón principal, soñando despierto que besaba a Luka bajo la luz de la luna llena, de ahí su imaginación lo llevo a verse saliendo de la escuela tomados de la mano,... tomando helado bajo la Torre Eiffel.
Un nuevo cambio lo llevo a verlos a ambos graduándose de sus respectivas carreras. Y por último siendo despertado por Luka con las caricias de una rosa roja sobre su rostro.
Sintiendo emoción y vergüenza por estar pensando todas esas cosas, Adrien se encogió de hombros, cubriéndose el rostro con ambas manos mientras se mecía de lado a lado, pensando para su adentros: Que tonto eres Adrien.

Cuando se quitó las manos de la cara vio a Simon y Nathalie mirándolo. Simon sonreía porque sabía lo que debía estar pasando por la mente de Adrien. Pero Nathalie lo veía con curiosidad y asombro.
Adrien se sonrojó profundamente. Abrió la boca para intentar justificar su comportamiento cuando fue salvado por el sonido de la solicitud de una videollamada en su teléfono.

"Con permiso." Adrien dijo, antes de salir corriendo a su habitación.

"Adrien! Feliz cumpleaños!" Marinette dijo.

"Gracias! Imaginé serías la primera en llamar. Marinette,... dónde estás?" Adrien preguntó al no reconocer la habitación de su amiga en el fondo.

"Ah si... Emmm... este... esa es la otra cosa por la que quise llamar cuanto antes. Verás..." Marinette decía nerviosa.

"Pasajeros del viaje 405 con destino a Japón, favor de dirigirse a la puerta 6 para comenzar a abordar." Una voz dijo en un altavoz.

"Te vas a Japón??" Adrien preguntó asombrado.

"Lo siento Adrien! De verdad quería estar ahí para tu fiesta, pero logré un acuerdo con la madre de Kagami y si su madre, osea la abuela de Kagami, aprueba lo nuestro también ella lo hará! No es genial?!" Marinette dijo entusiasmada.

Adrien sonrió. "Mucha suerte amiga!"

"Gracias! Y..." Marinette continuó en voz baja. "No dudes en avisarme si llegaras a necesitar ayuda con... tú sabes."

"No te preocupes. Y,... tal vez yo también ya tenga a alguien en mi vida romántica para cuando regreses." Adrien dijo guiñando un ojo.

"QUÉ?! Cuenta! Cuéntame!" Marinette gritó.

Adrien rió. "Bueno,... Ayer-"

"Señorita, no está permitido entrar a la nave con dispositivos electrónicos encendidos." Adrien escuchó a una señorita decirle.

"Qué? Pero.. por qué? Creí que era hasta que se iba a despegar. Mi amigo está por contarme algo muy importante." Marinette decía.

"Bueno, ya te lo contaré a tu regreso!" Adrien dijo.

"No. Espera!" Marinette dijo, volteando a ver del teléfono a alguien frente a ella.
La imagen se movió y Adrien vio a Kagami.

"Feliz cumpleaños Adrien! Disculpa que tengamos que cortar la llamada así." Kagami dijo.

Adrien podía ver a Marinette brincando detrás de Kagami, le decía que no cortara la videollamada.
"Gracias Kagami! Está bien, no te preocupes." Adrien dijo riendo.

"Jyaane!" Kagami se despidió sonriendo antes de terminar la llamada.

Adrien iba a salir a buscar a Simón cuando de pronto se abrió la puerta de su cuarto. Inconscientemente dio un paso atrás al ver entrar a su padre.

"Adrien. Felicitaciones por tu cumpleaños hijo." Gabriel Agreste le dijo muy erguido mientras caminaba lentamente hacia la ventana del cuarto.

"Gracias padre." Adrien contestó. Se sentía alegre que su padre se hubiera acordado. "Muchas gracias por permitir que se organizara la fiesta."

"Espero entiendas el que no vaya a estar presente durante el evento." Gabriel dijo, viendo a las personas que llevaban mesas y sillas al salón.

"Si, no te preocupes." Adrien dijo.

Gabriel se dio la vuelta, viendo a Adrien directamente a los ojos. Adrien bajó la mirada y fue entonces que notó una pequeña caja negra en las manos de su padre.

"Tu madre dejó esto para ti. Quería que lo recibieras cuando cumplieras los dieciséis años." Gabriel dijo abriendo la caja.

Adrien miró maravillado una medalla de plata con la figura de un ángel grabado en ella. La cantidad y calidad de los detalles del grabado era impresionante para una medalla de ese tamaño que no era pequeña, pero tampoco grande.

"Te la pondré." Gabriel dijo, sacando la medalla de la caja.

Adrien asintió contento. Una vez en su cuello, Adrien la admiró una vez más antes de meterla bajo su camisa. Sintió escalofríos cuando el frío de la medalla tocó su pecho.

"Te ocurre algo?" Gabriel preguntó con ojos entrecerrados.

"Estoy bien, sólo... de pronto me siento un poco mareado." Adrien dijo, apoyándose en un sillón.

"Mmm... Diré a Nathalie que llame a un médico. Tal vez no debería permitir-" Gabriel decía.

"No!" Adrien interrumpió. "Sólo necesito comer algo. Es que... en realidad aún no desayuno."

Gabriel exhaló impaciente. "No debes descuidar tus horarios. Y hablando de eso, recuerda que sólo por hoy estoy permitiendo que dejes de lado tus prácticas del día." Gabriel dijo empujándolo con un dedo hacia la puerta.
"Mañana de regreso a tu piano, esgrima, lecciones de Chino, fotografía,... Nathalie! Ve que Adrien tome su desayuno!"

Tomado por sorpresa con ese grito, Adrien dio un brinco. Un instante después dio otro al ver que Nathalie ya estaba afuera de su cuarto al lado de la puerta.

Si Adrien hubiera mirado hacia atrás habría visto a su padre mirándolo fijamente con una expresión difícil de leer en su rostro.

Historia de un primer besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora