+18|| 𝗕𝗢𝗡𝗡𝗜𝗘 & 𝗖𝗟𝗬𝗗𝗘 <<보니 & 클라이드>> [LISKOOK]

6

tw// drogas, alcohol, tráfico de personas y pensamientos suicidas.

Leer bajo responsabilidad propia.

Para cuando me quise dar cuenta ya lo había estropeado todo. Estaba segura de que Jeon Jungkook me odiaba en estos momentos o ya me habría mandado a la mierda desde el primer día que evite su mirada. Me atraía demasiado, como si fuera un imán y nuestros polos chocaran constantemente. Eso nos hacía querer juntarnos aún más. Al menos a mí.
Lógicamente mi suerte estaba durando demasiado al encontrar a alguien que no tratara de meterse entre mis piernas cada tres segundos o cada cruce de miradas como una vez fue.
Puede que eso fuera lo que hizo que mi cabeza explotara y se diera cuenta de que había sufrido durante tanto tiempo para nada. Que los hombres no me merecían. Al menos no todos. Mi cabeza me decía que debía ser fuerte y resolver mis problemas, estabilizar mis sentimientos, pero era imposible.
Cuando vi a Jackson delante de mi coche al volver de la tienda la noche anterior supe que no era nada bueno lo que tuviera que decirme y que debía evitarlo a toda costa. Aún así él no se hizo el tonto y fue el primero en hacerse notar entre la gélida y clara noche.
Sus piernas se separaron del coche de Ten y dio un paso al frente con sus manos resguardadas dentro de sus bolsillos.

<<Espero que no venga a matarme>> ¿en serio, Lisa? Después de todos esos años junto a él sigues pensando que quizás no se le habría pasado por la cabeza. Ridículo pero entendible. A veces podía ser tan cariñoso que ni siquiera creía que fuera la misma persona. Me decía cuanto me quería y sus manos acunaban mi rostro mientras me dejaba llevar por la oscuridad de sus profundos ojos frente a los mios. En aquellos momentos era imposible pensar que lo próximo que fuera a ocurrir fuera ver como su ira desembocaba en tormentas y terremotos que llegaban directamente a mi corazón como bombas explosivas. Las peleas volvían y los gritos retumbaban por la habitación como si de un eco constante se tratara. A veces llegaba a perderme entre mis propios murmullos, mis gritos y súplicas. Muchas veces ni siquiera era capaz de darme cuenta de que todo había acabado porque aquella voz seguía gritando tan fuerte en mi interior que era incapaz de diferenciar la calma de la guerra.

Jackson Wang se paró a un paso de mi. Juraría que podía oler su perfume y esencia desde donde me encontraba y eso era lo primero que no quería tener que experimentar de nuevo. No podía ganarme inconscientemente de vuelta.
Di un paso hacia atrás y dejé que mi pelo tapara parte de mi cara antes de apartarlo. Los nervios se sentían vivos en mi interior cuando nuestros ojos se encontraron unos segundos. Luego yo aparté la vista aún interesada por su presencia en mi apartamento.

-¿Qué haces aqui?

Aquella sonrisa cínica estaba de vuelta. Sus grandes ojos se volvieron miniaturas a los mios y cerró su boca girando el cuello.

-Fui a tu antiguo apartamento hace unas horas, pero resulta que alguien se ha mudado, ¿no pensabas contarmelo?

-No tengo nada que contarte, ni sobre mi ni sobre mi vida.- mi ceño se frunció en seguida. Mi voz había sonado más agria de lo que quería pero no me arrepentía de que así hubiera sido. Él, por otra parte no pareció muy satisfecho con mi respuesta.