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—¡Eres un...!— Kan Hun abrió y cerró la boca, su padre sí que sabía dar donde duele.

—¡Cierra esa maldita boca antes de que te la cosa!..— Amenazó el alfa poniendo las manos en las caderas, tratando de mantener sus garras en algún lugar que no fuera la garganta de su hijo —. Tu maldito mal genio va a cavar con la paz de esta manada..— el alfa estaba empezando a sentir como un dolor de cabeza se comenzaba a formar justo detrás de sus ojos —. Contrólate o has algo, pero deja de desquitarte con todos los que te rodean.

Decir que el lobo más joven estaba furioso era decir poco, toda esa situación era como dormir sobre nitroglicerina sobrecalentada, el Alfa debía de estar pateando el culo del centinela que agredió a la mujer, en vez de estarle riñendo por haber puesto al tipo en su lugar.

—Si estoy de buen o mal humor no tiene nada que ver con lo que ese idiota le estaba haciendo a su pareja... — los humos del alfa bajaron lentamente, en eso, su hijo tenía razón.

—Te doy algo de crédito por patear a ese engreído.. — aceptó a regañadientes —. Pero date cuenta de algo, si yo no hubiera llegado a tiempo, lo habrías matado..— ahora fue el turno de Kan Hun de bajarle a su humor, sentándose pesadamente sobre la cama, puso los codos sobre sus muslos y sostuvo la cabeza entre sus manos.

—Mi lobo me está volviendo loco..— se quejó, odiándose a sí mismo por tener que admitir que su padre tenía razón.

En momentos como ese era cuando JungMin más extrañaba a su pareja, usualmente era partidario de partir, golpear o tirar contra una pared a sus problemas o a quién se los causara, pero ante el asunto de su hijo y el gato melindroso no sabía qué hacer. Pasándose las manos por los mechones de cabello negro, los aparto de su rostro, estaba frustrado y odiaba la sensación de impotencia.

—Mira, hijo..— se sentó JungMin junto a su cachorro, la vieja cama se quejó por el peso de dos hombres bastantes solidos —. No creo que ese gato y tu sean una pareja destinada. Ustedes son de especies animales diferentes. Ya es todo un logro que lográramos acordar la paz entre las manadas, pero de allí a aceptar a su alfa emparejado con un gato, no creo que eso ocurra. Recuerda que un felino como él está destinado a darle cachorros a un Alfa, el simple hecho de que sean de especies distintas impediría eso. No es natural que un lobo y un gato se apareen.

Era casi cómico ver a un par de hombres adultos, con esa actitud de niños abandonados, ambos tan parecidos.

—Lo sé appa..— habló Kan Hun con la vista concentrada en un punto en el viejo piso de madera —. Yo sé que estará mejor con los suyos, el detalle está en convencer a mi lobo interior de ello..— JungMin guardó silencio, qué podía decir a eso. Ocurriéndosele cambiar de tema.

—El concilio de mandas será en una semana..— le dijo mientras le daba una palmada bastante fuerte en la espalda a su hijo, tanta mierda sentimental le ponía de nervios —. Quizás encuentres a tu pareja allí.

—Ya lo encontré, appa— le dijo Kan Hun, poniéndose de pie, recostando la espalda contra la puerta, se golpeó la cabeza en la madera tratando de calmar a su lobo que aruñaba desesperado ante el simple recuerdo del tierno gatito —. No sé qué estarían tramando los dioses cuando, escondieron la mitad de mi alma en alguien, sólo para luego negármelo de esta manera tan cruel. Si tan solo él hubiera nacido lobo, ahora la manada entera estaría celebrando que su alfa estaba enlazado con su pareja escogido por los mismos dioses. ¿Quizás ya estarías anunciando la llegada de nuestros cachorros?

—Las cosas son como son, no hay nada que se pueda hacer... Entre dos especies tan distintas no puede haber cachorros, ese simple hecho demuestra que lo tuyo es un capricho, no designio de los dioses..— le dijo JungMin, poniéndose de pie, poniendo una de sus pesadas manos sobre el hombro de su hijo.

CUANDO EL LOBO ATRAPO A SU GATITO-- (A) SEHO +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora