capítulo 7

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Si bien su estado de ánimo seguía sin ser el mejor, Jingyi ya no tenía ojeras bajo sus ojos ni caminaba como un zombie viviente por la universidad.

Había pensado mucho en la conversación que tuvo con su profesor, y se dio cuenta que tenía razón. Su vida no podía frenar por su corazón roto.

Empezó a prestar más atención a clases, y a estudiar más que nunca, probablemente en un intento por distraerse de todos los pensadores que lo llevaba a recordar cuántas veces en el día vio a su mejor amigo de la mano con su pareja.

Una noche, en la que quiso salir a beber con sus amigos pero ellos no pudieron, salió solo a un bar.

Bar al que ya había ido en varias ocasiones.

Ingresó al lugar y quedó impresionado por lo que vio, lo habían remodelado totalmente, pero el ambiente se sentía igual, y Jingyi se sintió como en casa.

En un asiento frente a la barra se acomodó, y con una mano llamó al barman. — una cerveza por favor

El bartender le sonrió, y mientras servía lo pedido, dijo —Volviste

Jingyi soltó una risa nerviosa y respondió —Mis padres se enojaron y comenzaron a cortar los fondos de la tarjeta los fines de semana. — el bartender extendió el vaso sobre la barra — gracias

—Vinieron a verte varias veces después, él también dejó de venir cuando no te vio más — comentó el bartender.

Jingyi casi escupe la bebida —¿verme? ¿A mi?

El bartender se encogió de hombros, miró a la entrada, sonrió y antes de irse, murmuró — qué coincidencia.

Jingyi se dio vuelta, mirando hacia donde el barman había visto antes y casi se cae del asiento. —pr-pro-¿profesor Jiang?

Jingyi había perdido la capacidad de respirar.

Su profesor normalmente en la universidad vestía camisas lisas normales con pantalones poco llamativos, nada extravagante ni llamativo, lo justo y necesario para pasar desapercibido.

Pero ahora su querido profesor vestía unos pantalones negros que se ajustaban bien a sus piernas, enmarcando bien la zona de sus muslos; la camisa que llevaba color negra abrazaba muy bien sus brazos dejando ver lo trabajados que tenía sus bíceps, y la cereza del pastel…, tenía puesto un. maldito. corset. color violeta con franjas negras.

"Este no puede ser mi profesor" pensó mientras trago en seco.

El nombrado se quedó quieto en su lugar —¿Jingyi?

El más joven siguió cada uno de los movimientos del mayor quien, a pasos firmes pero tranquilos, se acercaba a él y si bien quería mantener la mirada fija en el rostro de su profesor, era inevitable que sus ojos se escaparan y recorrieran toda su figura.

"Hola Dios, soy yo de nuevo"

Una vez tuvo al profesor Jiang sentado a su lado, el embriagante aroma de su perfume lo atacó.

"¿Siempre fue así de caliente? Quiero decir, lo es, pero ¡¿vestido así?! ¿Qué hice bien en mi anterior vida para merecer ser testigo de esto?" dijo Jingyi por dentro.

—...Jingyi, ¡Lan Jingyi! — y su voz fue suficiente para traerlo a tierra.

—¡Ah! Disculpa, estaba pensando en cosas — respondió rápidamente mientras bebía un sorbo de su vaso, escondiendo su acalorado rostro detrás de este.

Antes de que Jiang Cheng dijera algo más  el barman se acercó a ellos, y extendió un vaso de whisky hacia el mayor, diciendo — cortesía de la casa por viejos clientes

"Y si te espero." Jiang Cheng x Lan Jingyi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora