|CAPÍTULO 1|

46 9 77
                                    

Evony.

—Bienvenida a casa, Addison.

Mi vida había cambiado mucho desde la muerte de mis padres. Todo había dado un gran giro repentino. Desde mudarme con Elsa, descubrir que tengo magia y soy una Danin. Llegar a Somber Moon y conocer al grupo. El resto es caótico. Nunca imaginé que algo como esto podría pasar, al menos no a mí. Ni en un millón de años.

Pero sucedió.

Y aquí estaba yo, totalmente confundida y atónita. Planteándome si debía creer en la confesión de Sherlyn.

¿Cómo podría ser yo la Diosa Nin?

¡Demonios!

Apenas estaba procesando que era la semidiosa y resulta que no es así.

Mi cabeza da vueltas por todo lo que debo procesar y asimilar.

Y para aumentar mi confusión, estaba este hombre frente a mí, llamándome “Addison”.

Levanto nuevamente el rostro con una gran opresión en mi pecho. Mis ojos buscan los suyos otra vez y, al conectarlos de nuevo, esas sensaciones regresan a mi cuerpo con mucha velocidad. Mi respiración se pausa, en cambio el fuerte latido de mi corazón es feroz. Un cosquilleo se pasea por mi estómago y mis ojos se empañan con lágrimas acumuladas que desean salir.

Es un poco extraño.

Es como si estuviera frente a alguien que ya conozco y no hubiera visto en un montón de años. Mi corazón pide algo con urgencia, me pide un abrazo de ese hombre desconocido. Pero sería muy raro que le hiciera caso, al final de cuentas no sé quién es ¿Verdad?

Él da un paso al frente acercándose hacia mí, pero por más que quisiera no puedo alejarme, o no quiero hacerlo.

—No tienes que pedirme nada, cariño—murmura, logrando que en solo un segundo mi piel se erice al escucharlo.

«Su voz...»

¡Joder! Ya había escuchado su voz antes. En esos sueños extraños que suelo tener a veces. He soñado con él antes.

—No te he pedido nada—susurro, sin poder reaccionar del todo al shock.

Una sonrisa torcida tira de sus labios y ¡Mierda! Es tan jodidamente hermoso.

—Lo pensaste, que es diferente. Jamás creí que volvería a escuchar tus pensamientos, al menos no aún.—Su respuesta me deja confundida y sin pensarlo dos veces, él tira de mí envolviendo mi cuerpo entre sus fuertes brazos.

No sé porqué lo hago, pero correspondo a tal gesto. Envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y dejo caer mi cabeza contra su pecho. Se siente tan bien ésto, tanto que me aferro a su cuerpo sin querer que se aparte. Una lágrima corre por mi mejilla al sentirme de esta manera, al querer estar así siempre, es inevitable no sentirme protegida.

Parpadeo un par de veces alejando las lágrimas y, de repente, es como si volviera en mí por completo.

Esto es raro.

Me alejo de él con mucha velocidad, dejando una distancia prudente entre los dos. El levanta la mirada con una ceja alzada y le muestro una pequeña sonrisa de disculpa.

—Lo siento. No debí corresponder a ese abrazo señor—aclaro mi garganta—. No volverá a suceder.

Él deja salir una risa nasal y niega soltando un chasquido.

—No tienes que disculparte, entiendo que estás confundida—Se cruza de brazos, mostrando una expresión de seriedad—. Y no me llames señor que no soy tan mayor que tú.

DANIN [La Profecía] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora