|CAPÍTULO 10|

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Narrador omnisciente.

La mañana había llegado y con ella la hora de partir hacia Tree Wood.

Evolet estaba muy nerviosa, acción que Zander notaba y entendía perfectamente, pues será la primera vez que estará a solas con él y ser presentada ante una manada entera como la futura luna de dicho lugar. Pero estaba muy segura de dar aquel paso y confíaba en sí misma y en él. Con el pelinegro a su lado se sentía de aquella manera, protegida y segura. Además, de amada.

Sería solo por un par de días, Zander comprendía que Ev no quería alejarse tanto de su familia ahora que descubrió que tiene una. Él al ser su mate, su compañero, sabía todo lo que había pasado. Aunque no hayan hecho la unión todavía y tampoco existe la marca aún, por alguna razón su conexión iba más allá de eso. Pues días después de conocerse y darse una oportunidad, ambos estaban a solas y de un momento a otro, cuando Evolet tomó su mano, miles de recuerdos y vivencias llegaron a la mente del pelinegro.

Pudo ver todo lo que ella había vívido. Todo el sufrimiento por el que ha pasado y todo el dolor que había llevado en su pecho hasta que conoció a Evony y, algo dentro de ella cambió. Aunque Ev no lo sabía, su loba sí. Sabía que Evony era su mamá. Por eso aquella conexión entre ambas hizo que Ev mirara hacia el futuro, más cuando estaba por rendirse.

Zander lloró en ese entonces, estaba mal por no haberla encontrado antes. Se preguntaba constantemente dónde estaba él cuando todo eso ocurrió. Habría hecho algo, daría tanto por cambiar todo lo que vivió. Pero luego Evolet le dijo:

—No podemos cambiar lo que una vez vivimos, lo que pasó ya está enterrado en el pasado y prefiero que siga siendo así. La vida no es perfecta Zander, y queda en nosotros hacerlo lo mejor y maravilloso posible a pesar de todo. Sé que juntos lo lograremos, te amo.

Luego de esas palabras, Zander entendió que estaba en sus manos hacer lo posible para que Ev sea feliz. Aunque ya ambos lo eran al estar en la vida del otro, pero él ama ver la sonrisa de la rubia y por eso se propuso enamorarla cada día que pase y hacerla más feliz de lo que ya es.

«El amor que se tienen hacia el otro es puro, inigualable, muy hermoso. Una gran conexión que sería imposible de romper aunque lo intenten», es lo que pensó Adam al mirarlos desde el otro extremo del gran castillo.

Él también tenía algo igual, una chica por la que daría todo y era su más fiel compañía en todo momento. Una a la que aún ama pero sabe que ya no existirá nada más entre ellos, ni una simple amistad porque eso es lo que él menos quiere.

¿Cómo podría ser así? ¿Cómo podría ver a la mujer que ama siendo la compañera de alguien más y haciendo sus vidas juntos? Ya sufría tanto con solo ver las veces que hablan en los pasillos del castillo a pesar de que ella aún no acepta la conexión.

«Kristell».

¿Que iba hacer con ella? Ya había hablado de ese tema con la vampira días antes, no podía seguir rehusandose al vínculo por su bien. Podría sucederle algo, podría simplemente morir debido a ello. Adam preferiría saber que está con alguien más, que saber que ella está bajo tierra.

No podía permitirlo, por eso decidió alejarse del reino.

Había sido una decisión algo difícil pero a la vez fácil, «¿Era eso lógico?» fué lo que se preguntó.

Pues sí lo era. Difícil, porque debía alejarse de su grupo y tomar un camino distinto a ellos arriesgándose a no verlos otra vez. Fácil, porque necesitaba estar lejos de ella, para olvidarla y pensar en su futuro.

A veces odiaba el hecho de saber que tiene una pareja destinada.

Otra cosa que odiaba, es que Eric le ocultara que es su padre. Estuvo en el mismo lugar que él durante veinte años y jamás se lo dijo, jamás se atrevió hablar con él y dejó que un niño creciera encerrado en aquel lugar solo. Sin tener a nadie más que a su grupo. 

DANIN [La Profecía] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora