I

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-Tengo hambre -se quejó el cachorro de jaguar-

-Acabas de comer Jingyi, mamá yo quiero comer ahora -el pequeño A-Ling se paró frente al huli jing y alzó sus pequeños brazos-

-Dios mío ¿Ustedes nunca se llenan? No soy su fuente de leche ¿Lo saben, verdad?

-Mamá... -se quejó brincando levemente en su lugar-

-Bien, ven aquí -lo tomó en sus brazos-

-¡Yo pedí primero!

-¡Acabas de comer!

-¡Dejen de pelear! -se quejó Zizhen, arrastrando sus pies hasta sentarse frente a su mamá, que estaba sentado en el porche de su casa- ¿Puedo comer también?

-No puedo alimentar a todos al mismo tiempo niños -se quejó viendo los tres pares de ojos verlo con lágrimas fingidas, esos descarados- ¿Por qué no comen la fruta que les piqué?

-Yo si la comí -habló su pequeño A-Yuan, desde el cojín dentro de la casa, pues su cachorro solía enfermarse fácilmente, reseña por haber vivido tanto tiempo en una aldea abandonada y con un terrible feng shui-

-Que buen niño -rió levemente- ¿Por qué no pueden ser así?

Escuchando los quejidos que le dieron en respuesta, suspiro y desató la cinta que une su túnica interior —con la que suele mantenerse en casa— y dejó libre su pecho.

Al ser un huli jing, y uno muy fértil, fue capaz de desarrollar una fuente fácil de comida para sus cachorros, aún si no eran suyos por sangre. Su corazón y deseo por proveerlos y cuidarlos fue más que suficiente para empezar a lactar en medio de la nada, sin comida para bebés abandonados o lastimados.

Una vez asentados en una cabaña, escondida en el bosque, siguió produciendo leche para sus pequeños, que ansiosos, esperaban haberse comportado lo suficientemente bien como para recibir su premio del pecho del que consideraban su madre.

Ansiosos, A-Ling y Jingyi se apegaron a sus pezones, empezando a chupar felices y sus orejas sacudiéndose hacia atrás en pequeños tics.

Su pequeño Zizhen movió levemente la nariz y espero su turno, mientras su A-Yuan cerraba los ojos y disfrutaba del olor dulce de la leche, feliz de esperar.

Con el cabello suelto y largo llegando hasta la delgada cintura, la imagen era completamente una escena. Cualquiera que la viera creería que se trataba de una madre y sus propios cachorros. Y realmente lo eran, aún si no eran nacidos de sus entrañas. Los amaba como tal.

Abrazando los pequeños cuerpos, los acercó más a su cuerpo, refugiándolos en su regazo hasta que cayeron dormidos, poniéndose de pie, los cargo de dos en dos para irse a la cama —realmente cada uno tenía su propia cama, pero preferían dormir con su cuidador, Wei Ying cree que es algún trauma de abandono, después de todo, solo son niños dejados a su suerte— .

En cuanto Ling y Jingyi desocuparon, los otros dos cachorros tomaron su lugar, el pequeño lince dejando escapar arrullos y ronroneos mientras  A-Yuan haciendo ruiditos por su congestionada nariz.

Realmente era feliz así. Nunca pensó que querría asentarse en un solo lugar, siempre pensó que viajaría sin detenerse a lo ancho del mundo. Sin embargo, conocer a sus cuatro cachorros cambio todo y se encontró deseando darles el hogar y el refugio que él nunca tuvo de infante.

Ahora era feliz. Y estaba bien siendo sólo ellos cinco.

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Era una noche lluviosa, las ventanas estaban cerradas y la chimenea encendida, calentando su hogar. Sus pequeños estaban en su cama, acurrucados entre sí, profundamente dormidos. Él mismo estaba en la sala, sentado en el cojín frente a la chimenea leyendo tranquilamente.

Stay Close To Me (WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora