Capítulo #11

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La casa estaba silenciosa, más de lo normal, Lily estaba en casa de la abuela, obviamente no podía estar aquí, tampoco ir a su supuesto entierro, ni mucho menos ver a su amiga.

Cuando Savannah murió algo también lo hizo en nosotras tres, quizás mi hermana no supiera el plan a la perfección, o no entendiera que estaba pasando en realidad, pero las tres éramos cómplices en esto. Éramos cómplices en donde no había otra opción, y aunque lo hicimos por bien, a pesar que cuidamos a Savannah hasta su último día... no puedes evitar sentirte como una mierda luego de esto.

Ella en tan poco tiempo se volvió una hermana para nosotras, una nieta mas para la abuela, ella era parte de nuestra familia, le agarramos un cariño inimaginable.

Todo se veía diferente, opaco, sin vida. De tan solo pensar que así se verá todo a partir de hoy era muy aterrador. Me sentía vulnerable, vacía, no era yo. Me destrozaba el alma solo pensar en lo que tenía que hacer, en lo que era necesario, en lo que tenía que perder para ganar; después de todo de eso se trata la vida ¿no? Te quita algo, para darte otra cosa. Hay que perder para ganar; sufrir para sanar, estar abajo para subir; equivocarse para aprender... Vaya mierda que tenemos que llorar antes de reír, así nacimos, ese es el orden de la vida.

Estoy molesta, con rabia, impotencia, tristeza, pero el cansancio le gana a ellas sin permitir descargarme de alguna manera. Me siento demasiado débil como para golpear algo, gritar, llorar, o simplemente hablar. Pero, ¿Cómo hablas con un nudo en la garganta tan grade y doloroso que a duras penas te deja respirar? ¿Cómo puedes caminar cuando los pies no responden, no lo sientes? ¿Cómo puedes actuar como si nada si estas destrozada por dentro de una manera agobiante? Sencillamente no puedes, primero debes superarlo todo, aprender a vivir con ello o sacarlo de tu vida para poder disfrutar de ella.

Pero todo me consumía por dentro, en especial, porque hoy era el día en el que me tenía que separar de mi hermanita.

De pronto siento unos brazos rodeándome los míos, sacándome de pensamiento alguno. Volteo levemente y puedo ver a Zach tras de mí con una sonrisa reconfortante, para luego dame un beso en la frente.

— ¿Cómo te sientes?—pregunta preocupado. Me limito a sonreírle un poco—tomare eso como "ahí voy". Ten—sube un poco su mano derecha con un vaso con tapa en ella—no es café, es chocolate caliente. Tómalo, te hará bien.

Tome el vaso y procedí a tomar un sorbo muy pequeño de el, no estaba tan caliente, solo tibio, como me gusta.

Mama siempre decía que debemos verle el lado positivo a cada ocasión que se nos dé, así parezca el fin del mundo.

Creo que lo único bueno que he sacado de esto es Zach, ya no tenemos porque mantener nuestra relación en secreto y eso es bueno para mí, es un peso menos, un secreto menos. El es tan lindo, atento y detallista, a pesar que este mes no lo vi mucho, sino en la escuela y ya, nos fuimos conociendo mas. Siempre hablamos ya sea por mensaje o llamadas, ya que no uso redes sociales. Su cercanía me ha hecho bien, su apoyo en estos momentos es reconfortante, sentir el calor de sus brazos, su preocupación es simplemente especial, adoro a este chico, y solo pensar que me alejare de él para siempre me duele, por eso lo he disfrutado al máximo el estar a su lado, aunque esta o no es una de ellas, disfruto plenamente su compañía.

Recuerdo lo confundido y emocionado que estaba cuando le conté que no debíamos escondernos, que nuestro noviazgo podía ser "normal".

Sé que me dolerá mucho alejarme de él. Pero primero está el bienestar de mi hermana y el mío. Por más que lo tenga a él, estar aquí no me hace bien, y nunca me hará realmente feliz. Tengo tanto miedo y preocupación que sencillamente estar en mi casa con Mark y ahora sin Lily, me dolerá aun mas. Porque ahora no tengo a nadie que proteger más que a mí misma.

Por EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora