Hacia ya bastante tiempo, se veía una joven chica, tendría como unos 16 años, piel morena, un cabello castaño oscuro junto a un mechón rojo.
Se veía con la panza hinchada, estaba preparando algo para comer, mientras hablaba con su "jefe".
-tu como crees que le deba poner a tu nieto? Dijeron los doctores que seria aún así arriesgado el parto, pero que había una mínima oportunidad de que nazca, si es así, como te gustaría que se llame?.. papá -algo incomoda por la palabra, aún así sonreía.
-hmmm... veamos... que tal Jo? -con tranquilidad, mientras escribía papeles, esperando ansioso la comida.
- y porque Jo? Sigo, es algo, raro¿ pero se diría que no encuentras muchos nombres así -sirviendo su plato y de su papá, para llevarlo a la mesa, con cuidado los deja y se sienta.
- tenia un amigo llamado así, el falleció hace bastante, me gustaría que mi nieto se llamara así -comenzo a comer su comida- has mejorado jeje.
- jeje gracias, pero bien, creo le puedo poner Jo -dijo, para iniciar a comer
empezo la noche, el adulto escucho un grito que venía del cuarto de su hija, corriendo fue a ver y..
- ¿¡QUE PASA!? ¿¡MARTINA ESTAS BIEN!? -decía desesperado con una pistola en mano, hasta mirar a su hija en la cama, vio que lloraba con desesperación, se acercó pero pudo visualizar que había un gran manchón de sangre entre las piernas de su hija que marchaban las sabanas.
Había perdido el bebé.
El fue acercándose a ella, se sentó a su lado y la abrazó para empezar a consolarla.