En esa hermosa pero triste habitación se encontraba un joven omega. Al principio, todo parecía estar tranquilo, hasta que de pronto escuchó cómo su padre lo comprometía con alguien a quien ni amaba ni conocía. Él ya tenía pareja, su amado Jeon Jungkook, un joven alfa de 17 años, alguien de su misma edad con quien compartía una conexión desde que ambos eran apenas unos cachorros. El hermoso omega tenía tan solo 15 años, pero su padre consideraba que esa era una edad apropiada para formar una familia.
Su padre, un viejo alfa de 50 años, tenía una forma de pensar muy rígida y conservadora. No le importaban los deseos de su propio hijo solo por ser omega. Era un hombre extremadamente estricto, ya que, al ser hijo único, esperaba que Jimin fuera perfecto en todos los sentidos. No podía permitir que la gente hablara mal de él o de su familia, pues pertenecían a una clase social alta y, para él, los comentarios negativos serían insoportables.
Con lágrimas en los ojos, Jimin se quedó pensando en su futuro. Sabía que no podía enfrentar a su padre; ni siquiera podía considerarlo. Si decía algo, su padre le propinaba una bofetada que le dejaba un dolor horrible durante días. Tal vez su madre lo ayudaría, pero ella siempre estaba del lado de su padre. Todo parecía estar perdido.
Tocan la puerta.
—¿Señorito, puedo pasar?
—Sí, pasa.
—Señorito, su padre lo está llamando. Por favor, baje —dijo, y se retiró.
Jimin asintió y bajó. Ya en su mente imaginaba lo que le diría su padre. Al llegar frente a la puerta de la sala principal, tocó suavemente y entró cuando escuchó la voz de su progenitor.
—Hijo, por favor, toma asiento —Jimin obedeció—. Bueno, creo que por tu cara ya debo saber que escuchaste algo de lo que hablaba con tu madre, ¿cierto?
—No era mi intención, lo lamento, per...
—No tengo intención de escucharte si lo que vas a decir es una queja sobre tu futuro matrimonio. Déjame decirte que no cambiaré de opinión. Ya está todo organizado.
Jimin tuvo que tragarse sus palabras. Aunque no quería terminar con su actual pareja, amaba mucho a su alfa y no deseaba abandonarlo por alguien que ni siquiera conocía. Habían prometido estar juntos en las buenas y en las malas, y hasta ahora habían cumplido. Se habían enfrentado a todas las dificultades que se interponían en su camino, pero esta parecía insuperable.
—No, padre, no tengo ninguna queja —mencionó, triste.
—Excelente, hijo. Ya verás que tendrás un alfa increíble y vivirás la vida de un príncipe, el sueño de cualquier omega de tu edad —Jimin asintió con la cabeza baja—. Ahora debes prepararte para ser un buen omega. Podrías tener todo de tu futuro esposo, pero eso no significa que serás un flojo. Tienes que ser el omega perfecto. ¡Isabel!
—¿Señor, me llamaba? —dijo, inclinándose.
—Sí, Isabel, verás, mi hijo se casará y ha llegado el momento de que se prepare para ser el omega indicado. Ya sabes qué hacer. —Isabel asintió—. Hijo, no quiero escuchar ninguna queja. Ya sabes que calladito te ves más hermoso.
—Sí, padre.
Isabel condujo a Jimin al salón principal, donde comenzó a explicarle en qué debía mejorar. Primero, trabajaron en su forma de caminar y en su postura. Isabel tomó tres libros y los colocó sobre la cabeza de Jimin.
—Bien, comencemos.
Jimin e Isabel practicaron durante dos interminables horas. Él ya estaba agotado, pero sabía que ella no se detendría, tanto por las órdenes de su padre como por su perfeccionismo. Al finalizar, pasaron a la siguiente lección: aprender a ser una buena madre para cuidar a sus futuros cachorros.
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¡¡𝐃𝐞𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐒𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐏𝐨𝐫 𝐟𝐚𝐯𝐨𝐫!! •𝐘𝐌 (pausado)
FanfictionPark Jimin, un omega de 15 años, está condenado a una vida miserable debido a su padre, un viejo alfa de 50 años que lo ha obligado a casarse con otro alfa, mucho mayor que él, sin considerar la corta edad de su propio hijo. Además, Jimin mantenía u...