La rutina en el internado.

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*En llamada con Saúl*

- Hombre Helena, ¿que tal tu nueva morada?
- Saúl, acabo de ver a Amelia salir de la puerta que conecta con los pasadizos, está con ellos.
- Vaya, vaya, sólo un día en el Laguna Negra y ya me has dado un nombre, buen trabajo Helena.

*Nos despedimos y colgamos*

- ¿Lo ves? Está chica es buena, ya sabe que Amelia está con ellos.
- Pero... Eso ya lo sabemos nosotros, ¿no?
- Sí, lo de ahora es una simple prueba para ella, quiero ver de lo que es capaz, y luego la llevaremos al siguiente nivel.

Los primeros meses de curso transcurrieron rápidamente. Durante esas semanas fui familiarizándome con el internado, con mis compañeros de trabajo e investigando todo lo que sucedia en esos pasillos... Había proporcionado bastante información a Saúl, de momento no lo estaba haciendo mal, por el momento sólo debía de mantener controlados a todas las personas implicadas en el caso, descubrir que planeaban y que intenciones tenían, pero de momento tenía instrucciones de no actuar. Lo que más dificultad me estaba siendo, era no ser descubierta por Fermín y Rebeca, los otros hombres de Saúl, eran muy listos, y cualquier paso que daba debía de hacerlo con sumo cuidado.

En el aula, los chicos de los que me habían informado que estaban implicados en todo esto, cada día hablaban más entre ellos, y se les veía con una cara de gran preocupación. Andaban de aquí para allá, se dirigían mucho a la biblioteca, salían por las noches de sus habitaciones... Aún así, las clases transcurrían con normalidad, y en mi asignatura no iban mal a pesar de todo lo que estaban viviendo aquellos chavales.

EL INTERNADO LAGUNA NEGRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora