One Shots [JinTae ~ TaeJin]

Las Apariencias Engañan [JinTaeJin]

Sumary: Seokjin jamás imaginó que, tras ser arrastrado por su amigo a una fiesta, conocería a la chica de sus sueños... tal vez, porque a él le gustaban los chicos... Sin embargo, aquella mirada penetrante lo tenía embobado.

***

Los ojos avellanados de Park Jimin, nunca se habían visto tan suplicantes, ni su labio se estiró antes en un puchero como ese, por lo que Kim Seokjin no tenía otra alternativa, más que aceptar la insistente invitación de su mejor amigo.

—No entiendo por qué no puedes ir tú solo... —se quejó Seokjin, acomodando su cabello negro con una mano, frustrado. —Yo no conozco a nadie y tampoco me gustan demasiado esas fiestas... —se excusó, esperando la declinación del otro.

—Jinnie... Necesito tu apoyo... yo... —los ojos de Jimin bajaron a su regazo, avergonzados. —Este chico realmente me gusta, y... pretendo confesárselo hoy —dijo, jugueteando con sus dedos. —¿Qué pasa si me rechaza? Voy a necesitar tu contención —la mirada de cachorro volvió a hacer su aparición y Kim gruñó, quejándose de que realmente estuviera funcionando.

—Creí que ya se habían besado antes... —comentó, poniéndose de pie para ir por un vaso de agua.

—Ya, pero... fue porque estábamos jugando al juego de la botella —le restó importancia con un movimiento de su mano. —Todos se besan con todos... no puedo contarlo como algo romántico.

—¿Sentiste mariposas? —lo molestó Kim, bebiendo de su vaso.

—Miles —confesó Jimin, cubriéndose el rostro con un cojín por la vergüenza. Seokjin sólo pudo reír.

—Estás perdido —el pelinegro negó con la cabeza.

—Por eso tienes que venir conmigo... —insistió. —No podría enfrentar un rechazo por mi cuenta...

—Eish... —bufó, dejando su vaso en la mesa y tomando su celular. —¿A qué hora es la bendita fiesta?

—¡A las 7! —exclamó el otro, sabiendo que eso era un sí. —¡Ay, Jinnie! ¡Muchas gracias! —el chico brincó para correr hacia su amigo e intentar levantarlo en un abrazo. —¡Eres el mejor!

—¡Yah, aún no he dicho que voy a ir! —se quejó, sosteniéndose de los hombros de Jimin, sorprendido de la fuerza del otro.

—¡Pero, lo harás! —declaró su amigo, manteniéndolo en el aire.

—Sí, sí... ya bájame —pidió. Jimin obedeció y lo devolvió al suelo, quedando más bajo que Jin, por lo que se puso en punta de pies y lo besó en la mejilla. Kim sonrió involuntariamente ante el gesto de su amigo. —Más te vale que la fiesta sea buena.

—¡Oh, lo será! —afirmó Park, sacudiendo su cabello rubio. —Lo prometo.

—Bien —Seokjin soltó un suspiro y se dirigió a la ducha. Sólo tenía dos horas para estar listo.

***

El ambiente era vibrante, la música resonaba por toda la cuadra y Seokjin veía a mucha gente entrar y salir. La fiesta estaba en su apogeo, por lo que, el pelinegro se sintió algo abrumado. No conocía a nadie allí más que a su amigo, quien miraba frenéticamente a todos lados en busca de su chico del juego de la botella. El más alto temía ser abandonado por Jimin, en cuanto encontrara a su platónico, pero, aun así, sabía lo sensible que Park era con las relaciones amorosas. Ya le habían roto el corazón muchas veces, sin embargo, admiraba que su amigo no se diera por vencido.

Anduvieron hacia el interior de la enorme casa, que tenía una gran dotación de bebidas alcohólicas y chucherías para comer. Seokjin miró casi con tristeza la arruinada alfombra, con restos de bocadillos pisoteados y manchas de líquidos por doquier. Quien sea que fuera el dueño, tendría mucho trabajo de limpieza una vez que la fiesta terminara. Jin y Jimin decidieron matar el tiempo bailando, mientras aparecía el enamorado del rubio. Al menos, la música era buena y los chicos se la pasaban bastante bien, bromeando entre ellos y haciendo elaborados pasos de baile sólo para sacar risas del otro.