La visita de mamá [JinTaeJin]

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Sumary: Una visita de su madre, puede dejar completamente expuesta la amistad de Seokjin con su compañero de piso.

[...]

La sonrisa tirante e incómoda en el rostro de Seokjin, alertó inmediatamente a su compañero de departamento, luego de que se despidiera de la llamada telefónica que hacía, entrando desde el balcón. Alzó una ceja en una pregunta silenciosa y vio la expresión del otro decaer con un suspiro resoplado.

— ¿Pasó algo malo? —preguntó Kim Taehyung, el chico con el que llevaba tres años viviendo en aquel departamento cerca de la zona universitaria. El chico en cuestión; de cabello lacio y castaño, pestañas tupidas y piel canela, aun estaba terminando su carrera universitaria, mientras que Kim Seokjin, el dueño de casa según el contrato de arrendamiento; con su pelo azabache y una piel envidiable, labios gruesos y ojos amables, ya trabajaba en un negocio de mediano crecimiento, como administrador. Taehyung con 23 años y Seokjin con 26.

—Era mi madre... —respondió, cerrando la puerta acristalada, deslizándola sobre el riel hasta que sonó el click. —Dice que vendrá a visitarnos... o visitarme... como sea, está algo entusiasmada por conocerte —una sonrisa de disculpa tiró de una de las esquinas de su boca, brevemente. El aludido abrió sus ojos en asombro, comenzando a negar.

— ¿A mí? ¿Por qué? —se alarmó más. —Digo, sé que le has hablado de mí algunas veces, pero, ¿por qué estaría tan emocionada por conocerme?

—Porque mi madre tiene una teoría extraña de que... —negó con la cabeza, como si la idea propuesta tantas veces por la mujer mayor, fuera una completa estupidez. —Olvídalo... De todos modos, sólo se quedará una noche y se irá al día siguiente —informó, logrando que el castaño relajara su postura defensiva. —Tiene que hacerse unos estudios médicos por lo de su cadera, y eso es todo.

—Oh, genial —dijo, y luego agitó sus manos, negando con ellas, apenado. —No lo de su cadera, me refería a...

—Voo... lo sé —se rió finalmente el mayor, aligerando los ánimos en la habitación. —Vamos a comer, ¿sí? Creo que podría dar un concierto completo con el rugido de mis tripas —bromeó y Taehyung lo siguió hasta la barra de la cocina para almorzar juntos.

Debido a que el departamento contaba sólo con dos habitaciones, Seokjin dispuso de la suya para alojar a su madre, y él se acomodó en el sofá. Dormiría incómodo, pero feliz de saber que su madre se marcharía al día siguiente. No es que se llevara mal con ella, sólo le ponía nervioso que la mujer pululara alrededor de sus cosas y su privacidad. Por respeto, prefería que ella no se enterara de ciertas cosas... no aún, por lo menos.

— ¡Hola Jinnie! —dijo, envolviendo el rostro de su hijo entre sus manos, presionando sus mejillas como si fuera un pequeño niño aún. Su madre lo inspeccionó con mirada crítica y luego lo soltó. —Estás más delgado, ¿no has estado comiendo bien? —Seokjin reprimió un suspiro. Sabía que eso pasaría. —O, ¿es que en esa empresa te están explotando, corazón? No dejes que se aprovechen de tu buen carácter, hijo... nadie merece que... —la frase de su madre se interrumpió al desviar la mirada y ver a Taehyung un poco más atrás, esperando para saludarla. —¡Oh, tú debes ser Taehyung! —apartó a su hijo que le estorbaba el paso y sus brazos fueron a rodear el cuello del castaño, quien se vio obligado a agacharse para aceptar el saludo de la efusiva mujer. — ¡Aigo! Tú también estás muy delgado... ¿Es que acaso no te enseñé a cocinar, Jinnie? —volteó para reclamarle a su hijo, quien se señaló el pecho, confundido al ser acusado. —¿Por qué tienes a tu amigo pasando hambre?

—Oh, no... señora Kim —intentó explicarse Taehyung. —No es que...

—Si lo vas a tener viviendo contigo, lo menos que puedes hacer, es alimentarlo bien —las orejas de Seokjin se enrojecieron como dos tomates maduros y su mirada fue al piso, acompañada de un pesado suspiro. —Pero, no tienes de qué preocuparte, cariño —ahora se dirigió de vuelta a Taehyung, quien forzó una sonrisa amable, para no carcajearse como deseaba, por lo raro que se la estaba pasando. —Traje algo de conservas y un poco de kimchi también. Estuve cocinando desde ayer —le regaló una palmadita confianzuda en el hombro, buscando la cocina con sus ojos vivaces, para meterse allí a guardar todo lo que trajo en tuppers.

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⏰ Última actualización: Dec 03, 2023 ⏰

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