UNO

15K 877 287
                                    

Canción en multimedia—Darkside de Oshins

Canción en multimedia—Darkside de Oshins

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MORRIGAN DANKWORTH

La sangre escurría de mis brazos sin control y la camiseta roja que tengo puesta se ve más oscura, bufo con fastidio y veo de mala manera a la persona que está frente a mí.

— ¿Ves lo que has hecho?, mi camiseta ahora está arruinada por tu sangre, si hubieras seguido las órdenes no estaríamos en esta situación pero decidiste no hacer caso y traicionarme. —Me inclino hacia él—. ¿Sabes lo que les pasa a los que me traicionan? —no responde y sonrío con burla, me levanto mientras veo a los hombres que están junto a mí—. Vamos caballeros, díganlo, sé que lo saben.

—Insolencia con la boca, incompetencia con los ojos, desobediencia con la piel, rebeldía con los brazos, ineptitud con piernas, traición con la muerte—dicen a coro y cierro mis ojos por la satisfacción de escucharlo en orden y sincronizado.

—Exacto. —Digo con orgullo y después doy media vuelta para tomar de la mesa de instrumentos mi preciada arma. —Lo preguntaré por última vez y espero que contestes correctamente, ¿Con quién me traicionaste?—pongo el arma entre sus cejas y lo veo tragar con dificultad pero se cuando alguien hablará y él no lo hará.

Suspiro con una mayor frustración y les hago un gesto a los demás presentes para que hagan lo que es necesario, no va a hablar y cometió todas las cosas que no soportamos, dejo mi arma en su lugar. Ellos sin perder más tiempo hacen lo indicado y yo salgo del almacén viendo las estrellas en el cielo, oscureció más rápido de lo que creí.

— ¿El trabajo ya está hecho señorita?—pregunta mi mano derecha, mi mejor amigo, Sander.

Abre la puerta del auto en el cual subo y me hace entrega de mi blazer que me coloco en cuanto él entra al auto en el lado del conductor.

—En unos minutos o tal vez en una hora me manden las fotos del traidor descuartizado y podré ponerlas en mi carpeta de la muerte—digo mientras abro la ventana del auto dejando que el aire frío de la noche golpee mi rostro.

—Me parece tétrico qué tengas una carpeta con fotos de tus víctimas, ya con esta es la tercera carpeta—dice mientras ve al frente.

No contesto nada porque no lo veo necesario y estoy exhausta del día de hoy, viajé hasta California para ver asuntos de un contrato, tuve que checar un entrenamiento de novatos, hablar con clientes, conseguir nuevos clientes, enterarme de la traición de uno de los nuestros, mandar a capturarlo, hacer un chequeo de posibles traidores, hacer la tortura del qué tuvo la osadía de traicionarme, lo demás no es necesario decirlo.

Las calles están solitarias, demasiado diría yo, mi mejor amigo y yo estábamos yendo directamente a la casa de mis padres donde nos esperan mi familia y otros dos amigos, Henri y Celeste.

Perfecto Peligro [PERFECTOS 1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora