Perfecto Peligro [PERFECTOS 1] ©

DIECINUEVE

Canción en multimedia—She Knows de J. Cole, Cults, Amber Coffman

LUCIEN CULLIMORE

Sus palabras literalmente me dejan en el aire, ¿Enserio acaba de decir que es como si fuéramos sus padres?, En teoría nos estaría dando permiso de referirnos a Meridia como hija nuestra, aunque no quiero emocionarme por algo tan hermoso como esto para que después todo se vaya por la borda, sé que no debería pensar de esa manera pero me es tan imposible no pensar en algo como eso cuando han pasado muchas cosas que podrían terminar con todo lo que hemos logrado.

No sé ni cuánto tiempo ha pasado desde que empezamos esta alianza, desde que Sebastian regresó y quedamos en un acuerdo para después estar en una relación junto a Morrigan.

Simplemente el tiempo se pasó volando que ya hasta pasó el mes de prueba de amistad, obviamente diría que resultó ser un éxito pero que al final si estamos en una relación, no solo ella y yo, pero no es tan malo después de todo, entiendo que con él tiene historia y quiero que conmigo forme una. Aunque Sebastian forme parte de ella.

—Tierra llamando a Lucien, despierta idiota—siento un golpe en mi frente y pestañeo para salir de mis pensamientos viendo a todos quiénes nos despegan la mirada de mí sin dejar de verme.

—¿Eh?

—Te llevamos llamando varias veces pero no respondes hombre—se queja Dorian y yo frunzo el ceño.

—Oh, lo siento—digo para después ver a las mujeres que ven confundidas.

—Dejen a mi hijo en paz, sólo tiene nueve años y la bebé le parece linda e interesante—exclama la madre del mocoso que está cortejando a mi pequeña.

—Es la hija de dos hombres completamente celosos. ¿Qué esperabas mi amor?—le dice Adriano con una sonrisa divertida, pero su esposa tal parece que no le hace nada de gracia la actitud de ninguno de nosotros por venir en busca de su hijo, Enzo.

El cual sigue sin darse cuenta de la presencia aún cuando estamos hablando, él sigue metido en ese cuento y en Meridia. Mocoso.

—Enzo es hora de ir a dormir—le dice su madre al niño que ahora la ve como si lo hubiera castigado.

Forma un puchero con sus labios y ahora que me doy cuenta, el niño tiene unas pecas en sus mejillas blancas, ojos azules tan claros que parecen blancos si no fuera por los destellos cafés que contiene en ellos, el café viene de Adriano, el azul de Carina, tiene un cabello rubio que es también de su madre, las pecas son claramente de Adriano.