No lo recuerdo

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El sol le daba en el rostro, incómodandolo y obligando a qué se girara sobre su lecho para evitarlo, pero ya era tarde, estaba despierto, se estiró sobre la cama con pereza y noto su cuerpo adolorido, mientras su mente aletargada se preguntaba el porque, analizo su alrededor un momento.

Las paredes blancas, la mesa de noche de caoba y esa lámpara de campana, un mini refrigerador en la esquina, la puerta del clo...¿Un mini refrigerador en la esquina?

Se levantó cuál resorte alterado y por fin pudo identificar que esto no era su habitación, es más era un cuarto de hotel, miro a su alrededor sintiendo su boca secarse y su corazón apunto de salirse de su pecho. Tratando de recordar cómo había llegado a este lugar, fue ahí cuando escucho ruidos desde donde había pensado era la puerta del closet, seguramente era un baño, pensó cada vez más paniqueado. Sin perder más tiempo levanto un par de pantalones que encontró en una silla cercana a la par de una chaqueta, debajo de la cama encontró un par de zapatos que por suerte eran los suyos y salió corriendo por la escalera de incendios a la vez que escuchaba que la puerta del baño se habría justo en el momento que perdía de vista la ventana de esa habitación.

Intento aclarar sus ideas mientras caminaba por la vereda de la calle, aún se sentía confuso, hizo un esfuerzo por recordar mientras que trataba de ubicar en qué parte de la ciudad se encontraba, al final se dió cuenta que apenas se encontraba a tres cuadras de la zona residencial de su casa, bufo aturdido. Mientras caminaba hacia su hogar reviso sus bolsillos, para luego darse cuenta que aunque estos parecían ser sus pantalones está no era su chaqueta, bueno eso era obvio ya que no llevaba chaqueta en la mañana o ¿Ayer?, Solo una camiseta que se puso al levantarse, saco una tarjeta de crédito que no se molestó en revisar, casi al instante la partió en cuatro partes y se deshizo de ella en algún basurero cercano, también encontró un anillo.

- No puede... - susurro anonadado, al darse cuenta que era el suyo.

Para luego suspirar aliviado al ver que no había perdido su argolla de matrimonio, pero de inmediato se cuestionó porque la llevaba ese tipo, ¿Tal vez él se la saco?, Se sobó el rostro frustrado, también encontró un recibo que parecía ser del hotel en dónde habían estado, leyó el apellido del tipo ¿Kurai?, Se cuestionó así mismo para tratar de recordar si le sonaba de algún lado, nada, su mente en blanco por completo.

Por fin llegó a la puerta de su casa y con gran alivio la encontró abierta, miro el reloj de la pared y descubrió que eran alrededor de las 10 de la mañana, Bulma debía estar en el trabajo de seguro furiosa y BJ, debía estar en la escuela, se cuestionó si llamarlos o no ahora, mientras buscaba alguna manera de explicar lo que había pasado, aunque para ser honestos él tampoco tenía ni puta idea de lo que había pasado aunque el dolor de sus caderas y espalda baja le daban una pista.

Suspiro frustrado y alicaido, claramente se había dejado vencer por sus putos instintos, aunque eso no lo justificaban. No recordaba nada, pero claramente el tipo ese había tenido cabeza para llevarlo a un hotel, maldito, pensó asqueado. Debía ir al médico lo más pronto posible y descartar cualquier cosa, cualquier cosa, le susurro ahora su mente como un eco, por Dios, después de todo era un omega, miro su vientre como si pudiera notarse desde ahora, se sobó el rostro más frustrado, ¿Qué carajo iba hacer?

Estaba apoyado en la encimera de la cocina escondiendo la cabeza en los brazos cuando escucho el ruido de la puerta, tuvo un sobresalto de la sorpresa y luego se sintió sudar frío cuando se dió cuenta que debía enfrentarse a su familia, escucho los pasos acercándose y trato de armarse de valor para enfrentarse.

- Papá - susurro su adolescente mirándolo estupefacto.

- Hola BJ - lo saludo a un tenso.

La idea de regañarlo por no estar en la escuela se le cruzó por la mente pero decidió descartarla, antes de que supiera como reaccionar siquiera, su hijo lo abrazo con fuerza y se escondió en su pecho.

Tu alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora