Se encontraban dentro de la casa del omega, era una casa mediana de los suburbios. La entrada daba a un pasillo que tenía unas escaleras a la izquierda, a la derecha daba a la cocina con el comedor y al frente el cuarto de visitas que se había vuelto la habitación del omega en apariencia, ya que notaba el fuerte olor de sus feromonas saliendo desde la puerta entreabierta, había otra puerta al lado de la del cuarto de visitas que parecía ser, ¿Tal vez... ¿Un estudio?, ¿Un armario?
Pensaba en todo ello sentado en una de las sillas del pequeño comedor de la cocina aunque veía uno más grande al otro lado, que seguro solo era para visitas o eventos especiales. Podía ver la sala a través del desayunador, una sala de sillones blancos. Una clara muestra de una familia que no esperaba tener otro hijo pequeño.
- Gracias - susurro cuando el alfa dominante le acercó una bolsa de hielo.
- Suelta de una vez lo que hayas venido a decir y lárgate.
Le soltó éste de manera amenazante, estaba a punto de dar otro comentario igual de mordaz cuando el omega le tomo la mano al alfa y con ese solo gesto de su parte provocó que esté suspirara resignado y se replegara a una de las sillas del desayunador con los brazos cruzados y aún mirándolo furibundo, pero claramente sin intenciones de seguir interviniendo por el momento.
Debía admitirlo estaba sorprendido de la relación que parecía tener con aquel alfa y se hubiera seguido sintiendo celoso si no hubiera notado el aroma de otro omega sobre él. Se parecía al del omega, como si fuera su hermano o algo parecido, aunque su penetrancia le hacía sospechar que era un dominante. Así que sin miedo a equivocarse considero que aquel alfa era su cuñado, además que ahora lo veía de perfil, ya que el alfa miraba a la ventana que daba al pateo trasero de la casa, había notado su marca en el cuello, ese alfa estaba imprimado de su pareja.
Las marcas en general no servían en los alfas, eran a los omegas a quienes se los marcaba y aunque eso significaba que sexualmente no se desempeñarían con otra persona que no fuera su alfa, no necesariamente significaba que hubieran hecho un enlace, que era lo que los unía con sus alfas realmente, así que esa marca aún podía ser deshecha por una nueva pareja o una intervención quirúrgica algo costosa, pero esa marca significaba que no podían estar mucho tiempo lejos de ellos, en cambio y paralelamente las marcas no funcionaban siempre en los alfas, peor aún en dominantes, con el tiempo perdían fuerza, en si servían para hacer sufrir a los alfas un tiempo, pero un alfa imprimado y marcado por su pareja estaba completamente a la merced de ese omega. Literalmente si al omega le pasará algo, el alfa lo sabría a kilómetros de distancia, en especial por el llamado y si en el horrible caso que su omega muriera, el alfa probablemente se moriría o sufriría terriblemente sin él. El enlace de la imprimación era algo igual de fuerte como el del lazo del omega al alfa o tal vez más, por el potente instinto de protección que tendría el alfa hacia ese omega.
De solo ver a aquel alfa pensaba que estaba completamente loco por haberse dejado marcar ya imprimado de su pareja, e incluso una parte suya se cuestionó si aquel omega estaba marcado también.
- Bien - interrumpió el omega sus pensamientos.
Raditz llamo la atención del alfa, de Turles, ya que seguía mirando de reojo a Vegeta sin dejar de aplicarse el hielo en su cabeza. Parecía que ahora no se animaba a volver a hablar.
- Me dijiste que te llamabas Turles - continuo con calma - mi nombre es Raditz Saiyia y mi cuñado se llama Vegeta Ouji, y aunque no parezca lamenta mucho haberte tacleado de esa manera.
El gruñido que salió del tipo llamado Vegeta, le hizo saber que realmente no lo lamentaba ni un poco, a pesar de que el omega..., que Raditz lo miro amenazante un segundo después.
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Tu alfa
FanfictionTenía una vida feliz, cuando apareciste, estaba contento con mi destino, pero tuviste que aparecer, ¿Por qué ahora?, ¿Por qué cuando creía mi vida completa?, ¿Por qué....