El país

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A Monseñor Romero lo mataron
y a Dalton también.
Los mataron en una época
en la que matar era el pan
de cada día.
Muertos de hambre,
muertos tirados en la calle,
fusilados,
demacrados,
discriminados,
exterminados: ese era
el pan de cada día.
Yo no vengo a dedicarle poemas
a la nación
y al nacionalismo
y patriotismo salvadoreño,
yo vengo aquí a dedicarle poemas
a todos aquellos
asesinados en nombre
del patriotismo
y nacionalismo.
Yo no vengo a dedicarle poemas
solo a Dalton y a Monseñor [Romero],
yo vengo también a dedicarle poemas,
especialmente,
a todos aquellos que no
pude mencionar en este poema,
porque son muchos
y mejor los representé en dos.
Yo vengo aquí a dedicarle poemas
a los mártires de la nación,
a los de antes
y a los de ahora.
Yo no le dedicó poemas
al país El Salvador,
yo le dedico poemas
a los que por hacer
a El Salvador país lindo
los terminan asesinando.
Ellos, verdaderamente,
son el verdadero país El Salvador.

Denuncias [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora