XIII

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—Nini, cariño, ¿estás bien?—El padre de esta entró a su habitación, sintiendo como se le bajaba la presión al observar el desorden de ropa desparramada en todo el cuarto y como su descendiente miraba su ropa recién colocada; seguido negó y se la sacó

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—Nini, cariño, ¿estás bien?—El padre de esta entró a su habitación, sintiendo como se le bajaba la presión al observar el desorden de ropa desparramada en todo el cuarto y como su descendiente miraba su ropa recién colocada; seguido negó y se la sacó.

Notó la presencia del rubio luego de repetir las mismas acciones unas tres veces, indecisa sobre qué ponerse. Se encontraba con los nervios de punta, nada la satisfacía y empezaba a tener un colapso nervioso por esto. Esta era de esas pocas veces que le frustraba ser tan susceptible a llorar por el estrés ocasionado pero sólo cerró los ojos, no queriendo arruinar su maquillaje.

Unos protectores brazos la rodearon, dándole un conocido consuelo. Era la princesa de papá, así que se escondió en su pecho, borrando el estrés con su cálido agarre.

—¿Y si no les gusto?—Expresó su temor, alzando su cabeza con una mueca de incomodidad.

Recibió un pequeño beso en su frente.

—Que se jodan. Yo sé a quien eduqué y lo hermosa que eres, así que te van a aceptar, ¿entendido?—Despeinó los hilos de la menor, dando dos pasos atrás para permitirle respirar—. Y lo importante es lo que Jisoo opina. Creo que le gustará ese vestido

Con un guiño se despidió para salir de la habitación, dejando a la recompuesta adolescente sola.

Miró el reloj. Faltaban tres minutos para que Jisoo pase a recogerla por lo que siguió el consejo de su Mino, cubriendo su semidesnudo cuerpo con un vestido de tela fina blanca acompañado de un adorno de pequeñas rosas rojas. A eso, le sumó una vincha de la misma tela y decoración a su vestido.

Se veía lo suficientemente linda para deslumbrar a Jisoo.

Tomó su bolso donde guardaba pequeños maquillajes para retocar, su teléfono y una botellita de agua helada. Ya con el objeto en mano, bajó las escaleras y fue recibida una vez más en los brazos de su cariño padre.

—Te queda estupendo.—Halagó dándole una vuelta y ella rió, fingiendo acomodarse el cabello como algunas mujeres solían hacerlo. Egocéntrica—. Sacaste el buen estilo de mi.

Depositó un suave golpe en su pecho riendo por los momentos que tenía su ascendente, pero no planeaba quejarse porque dichos comentarios la hacían feliz. Es el padre soñado y sus chistes son sólo un bonus.

El timbre sonó, alertando a ambos familiares que empezaron a discutir entre empujones quién abriría la puerta. Mino fue incentivado por su hija a hacerlo.

—Señor Kim, buenas tardes.—Saludó la menor haciendo una reverencia pero a diferencia del pasado, una sonrisa adornó todo su rostro—. Hola Jen.—Levantó su mano moviéndola de un lado a otro, mirando con disimulo lo bonita que estaba vestida.

—Aprecia su atuendo, tiene toda su habitación hecha un desastre.—El adulto recibió un golpe en su estómago por la información revelada y se apartó, riendo—. Bien, bien. Váyanse, no desperdicien el tiempo hablando con otro joven.

little miss perfect | k.j & k.jDonde viven las historias. Descúbrelo ahora