XIV

383 60 60
                                    

—Oh, Jisoo, ¡bienvenida!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Oh, Jisoo, ¡bienvenida!

La presidenta sonrió cerrando la puerta secundaria a un lado del gran ventanal horizontal. Seguido dejó la bolsa de plástico sobre la mesa, sentándose al lado de su pareja para observar la imagen que era admirada, sin poder evitar formar la mueca de desprecio que se formó en sus expresiones.

—Cómo odio a los bebés, son casi tan detestables como los animales.—Suspiró tornando el libro para levantarse y colocarlo en el lugar anterior, alejándolo de las garras de la morena. Al volver, la gata intentó atacar su pantorrilla. Jin tomó la muñeca de su hermana, manteniendo una intensa batalla de miradas.

—¿Cómo vas a odiar a los animales?—Intervino Jennie abatida, ajena a la pelea no verbal que ambos mayores estaban manteniendo.

—Soy alérgica a los gatos, tengo que estar todo el tiempo tomando pastillas. Y los perros son chillones. —Tomó una copa para después llenarla con el agua depositada en una jarra de vidrio—. Hablando de pastillas, bebe las que te compré. Son drogas medicinales, lo prometo.—Bromeó ganando un golpe en la cabeza de su madre.

La protagonista tomó el pequeño cartón para abrirlo y sacar una capsula de su envoltorio, colocándola
justo debajo de su lengua. Con total tranquilidad, y con ayuda de la helada agua, dió un largo trago y Jin
elogió su valentía, siendo su actitud como la de un niño al tomar las pastillas.

Doyeon miró su reloj de muñeca, dando con que ya era el tiempo suficiente para sacar la comida
del horno por lo que se levantó de la mesa, dejando a los tres niños discutiendo sobre lo torpe que era el
muchacho. Claramente, Jisoo ofendiendo y los otros dos defendiendo la integridad del mayor.

Por ello, cuando los platos de comida fueron depositados frente suyo, se preguntaron cuánto tiempo perdieron discutiendo para no notar la
ausencia de tan espléndida antigua modelo.

Anonadada, Jennie miró el plato de comida humeante que contenía un delicioso guiso de kimchi, que
tanto adoraba. Se volteó confundida para mirar a su novia, cuestionando en silencio si aquello era una coincidencia.

—Ya te dije, debes decirle a Rosé que deje de revelar con tanta facilidad tu información.—Respondió ante
la agobiante mirada clavada en su perfil, sin quitar la atención de su plato.

Todos tenían en sus platos quiso de kimchi, a excepción de Jisoo quién comía con tranquilidad su ramen instantáneo acompañado de medio huevo, dos fetas de jamón crudo y un poco de cebolla, su plato favorito.

—No le gusta la comida picante. —Explicó Jin al mismo tiempo que se llenaba la boca de comida, recibiendo un regaño de su progenitora.

La adolescente comía en silencio, pensando sobre lo ocupado que debía estar el padre de Jisoo, Kim Eunwoo,
para no cenar su familia. Se sintió tonta, estaban hablando de un cirujano profesional, era claro que se
encontraría trabajando tantas horas fuera de casa. Y parecía ser un acto frecuente porque la familia no se
veía afectada en lo más mínimo.

little miss perfect | k.j & k.jDonde viven las historias. Descúbrelo ahora