Una vez más, su cabeza dió contra la, ya abollada mesa de la cafeteria.
Nayeon nunca esperó ver a su amiga en tal estado de descuido y, peor aún, le angustiaba no saber la razón de su estado. Quería ayudarla a superar cada barrera que su pequeña anatomía no le permitía saltar, pero no podría hacerlo si no era informada.
Se sentía tan inútil al no poder hacer otra cosa que maquillar las ojeras de su mejor amiga y obligarla a comer para que no quede postrada en una cama. Intentaba que Jooe y Chaeyoung hagan su máximo esfuerzo pero nada rendía frutos, la adolescente simplemente estaba ida e incluso, sintiéndose culpable de hacerle pasar esto a sus amigas.
No podía dejar de pensar en que finalmente entendía a Jisoo; no carecía de sentimientos, solo que no sentía nada por ella como para decirle como se percibía ante la sociedad, su pasado y presente. Le entristecía saber que esa emoción por conocer a su novia se convirtió en un pesar amargo instalado en su paladar y rostro.
Pero cometió un error que muchos cometen en su adolescencia e incluso de adultos; en vez de preguntar directamente o hablar de sus inseguridades, supuso. No llevó su iniciativa a un extremo que podría lastimarla, más de lo actual.
Por ello mismo, sumida en su autocompasión, no fue capaz de observar las pequeñas miradas de preocupación que la presidenta le dirigió en el transcurso del día. Quería acercarse y preguntar, sin creer que esa discusión pueda provocarle un golpe tan fuerte como para dormir en su clase favorita.
Pero cometiendo el mismo error que Jennie, supuso que se encontraba enojada y no la quería cerca.
Entonces allí se encontraban, dos jóvenes con el deseo inconsciente de entablar una apasionada conversación abierta sobre sus sentimientos que fue callado por el miedo a provocar una reacción no esperada en la contraria.
Dios, Jennie se sentía tan agotada. Mental y físicamente. Pasó toda la noche en vela, llorando por el dolor que sentía con tal ferocidad que ni los ojos podia abrir y sólo pudo dormir cuando su padre, somnoliento, se acostó con ella para consolarla con una canción de cuna que su difunta madre cantaba.
Eran apenas las doce de la tarde, y no llegaba la hora para caer como saco de papas a su cómodo nido llamado cama.
«Son sólo tres horas de matemática, Jennie, tú puedes» intentó mentalizarse entre pesados suspiros que alertaron a su cercana. Pero antes de alguna poder hablar, sus labios se cerraron del susto provocado por una energética Wheein.
—¡No vino la vieja de matemática!—Exclamó alzando sus brazos logrando que todo el salón estalle en un fuerte estruendo y la extranjera rió, por la expresión de irritación que mostró su novia.
¿Por qué era tan tierna?
Ella era toda una dama que merecía un enorme reino que la hiciera feliz mientras que ella... ella sólo era una joven que se sentía vacía sin la poca atención que se le era concedida. Una simple campesina que añoraba el amor de su alteza.
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little miss perfect | k.j & k.j
Novela JuvenilJennie no sabía que relacionarse con Kim Jisoo iba a ser tan complicado. Una irresponsable estudiante por capricho propio quiere enseñarle a amar a la denominada Little Miss Perfect, la amante de las reglas morales y escolares. -¿Cómo quieres ense...