9 [EDITADO]

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Habían pasado casi dos semanas desde que TaeYong había vuelto a los brazos de Jung YoonOh y todo había sido mejor de lo pensado por el menor. Si bien los primeros días aún se confundía entre si tutear o no a YoonOh, terminó desprendiéndose rápidamente del hábito de llamar "señor" a este. Aunque no fue tan difícil como pensó desde un inicio, ya que la forma en que el mayor reaccionaba ante el llamado por su nombre, derretía el corazón de TaeYong.

Por su parte, YoonOh si bien no se mostraba fuera de sí con TaeYong, en la oficina el caso era diferente. Luego de mandar a uno de sus internos de confianza a la casa de JeongWoo por las cosas del castaño se había obsesionado con la vida del sujeto.

El abogado terminó gastando más tiempo del esperado buscando algo que le sirviera para hundir a Kim, y finalmente su búsqueda estaba teniendo resultados. Esperaba que más pronto que tarde fuera capaz de lograr hacer un movimiento inteligente sobre él.

Hoy había sido uno de esos días donde permaneció más tiempo de lo normal detrás de su escritorio. Eran cerca de las una de la madrugada cuando supo que ya era hora de irse, sobre todo porque a TaeYong luego de lo ocurrido tenía mucho pavor de quedarse solo por tantas horas. Si bien había ido a casa a comer a mediodía, y sabía que Ten había ido a estar con el menor, probablemente a estas horas este ya se encontraba solo nuevamente. Por lo que se apresuró a tomar sus cosas y salir del despacho.

Al ser tan tarde, las calles estaban totalmente expeditas. Condujo su Mercedes por las principales avenidas, mientras una parte de él se cuestionaba si TaeYong se encontraría dormido. Probablemente no, pensó. Desde lo sucedido estaba sufriendo de un insomnio terrible, siempre terminaba durmiéndose cerca de las cuatro de la madrugada, y eso con un poco de suerte.

Fueron unos veinte minutos necesarios para que YoonOh atravesara la puerta del departamento. El piso estaba oscuro, pero desde la entrada pudo divisar a un bulto sobre el sofá. Sonrió enternecido ante la escena, sobre todo porque eso significaba que él se había quedado dormido esperándolo. Con sumo cuidado quitó sus zapatos y los ordenó en la entrada, para luego dirigirse hacia donde yacía el cuerpo.

YoonOh lo tomó con delicadeza entre sus brazos, caminando con este hasta la habitación que desde hace unas semanas compartían. Sosteniéndolo aún, abrió como pudo las tapas de la cama para dejarlo dentro y cubrirlo con estas. Nuevamente en silencio extremo, caminó hasta su clóset, donde tomó una camiseta que utilizaba como pijama y sus shorts deportivos, para así dirigirse al baño que estaba en la habitación.

Una vez cerró la puerta detrás de él prendió el agua y quitó su ropa rápidamente, adentrándose a la ducha en segundos. El agua ya tibia golpeó su cuerpo con fuerza, mientras él se relajaba luego de un largo día de trabajo.

Tomó el shampoo con una de sus manos, sacó un poco del recipiente y comenzó a masajear su cabello. No había sido un día precisamente fácil; entre los casos que llevaba y su nueva obsesión con el financiamiento del partido de JeongWoo, terminó por agotar toda su energía. Él solo deseaba entrar en la cama y abrazar a su muñequito, esa era su forma de quitar el estrés favorito.

Estaba terminando de enjuagar su cabello cuando un grito lo sacó de sus pensamientos. Era TaeYong, se dijo de inmediato. Alarmado, abrió la puerta de la ducha y, mientras buscaba la toalla, le gritó al menor que estaba en el baño, que iría enseguida. En menos de diez segundos TaeYong ya había entrado. El muchacho estaba usando una de las sudaderas de YoonOh y tenía sus ojoso vidriosos.

–¿Qué pasó muñequito?– le preguntó terminado de sujetarse la toalla en la cintura. TaeYong no le contestó, simplemente se lanzó a sus brazos, fundiéndose en un abrazo mojado gracias al cuerpo de YoonOh– ¿Cariño? Tranquilo, estoy aquí– murmuró el mayor besando el suave cabello del contrario, en tanto pasaba sus manos por la espalda del mismo para consolarlo.

MASTER (JAEYONG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora