Antes de leer, debo decir que lo siento tanto, porque esta parte iba en el especial (era un capítulo completo), pero no sé qué pasó que no lo agregué. No puedo creer que me acabo de dar cuenta (porque estaba revisando las historias), pero aquí estaba lo que pasaba con Eunwoo. Lo siendo de nuevo.
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YoonOh no estaba tranquilo. No lo iba a estar jamás, menos cuando Eunwoo estaba a dos puestos de distancia de él. Sentía que sus manos estaban sudadas y por más que trataba de concentrarse en los papeles o en sus otros compañeros, no podía omitir aquella tan tormentosa presencia frente a él.
Eunwoo lucía igual que siempre. Cabello negro perfectamente acomodado, tez blanca y elegantemente vestido a de pies a cabeza. No había cambiado nada en él, pero YoonOh cuando lo miraba lo único que podía sentir era asco. Deseaba terminar rápido esto y volver a su hogar, quería volver con Taeyong.
La primera interacción entre ambos fue incómoda, pero bastante más cordial de lo que YoonOh esperó. Ambos omitieron totalmente que se conocían, por lo que Shohei y Eunseok no sospechaban en absoluto.
–Entonces, ¿qué piensas tú, YoonOh?–escuchó cómo la voz de Shohei lo llamaba.
–Creo que hay que revisar los comprobantes nuevamente. Deben encontrar el lazo de la señora Kim con el caso y estoy seguro que eso está ahí– apuntó a los folios con hojas.
–Ya es tarde, deberíamos ir a descansar y mañana las revisamos– comentó Eunseok.
–Yo puedo llevarme uno de los archivadores al hotel, no tengo problema en trabajar, solo necesito una cena decente.
–No queremos molestarte más de lo que hemos hecho. Sabemos que viniste a ayudar porque Seungwoo te lo pidió.
YoonOh negó.
–No es problema, me llevaré esta– tomó la primera carpeta– Y si me disculpan, necesito ir a cenar algo y tomar una ducha, el viaje me dejó muerto.
–Anda, mañana nos vemos a las nueve de la mañana aquí.
YoonOh asintió y se despidió, tomando sus cosas para irse del lugar. Una vez fuera de este, soltó un suspiro de alivio. Un día menos se dijo a sí mismo, antes de salir del edificio de la fiscalía.
La calle estaba vacía y era bastante obvio la razón, ya eran cerca de las once de la noche. Al notar que podía hablar tranquilo, sacó su celular para marcarle a Taeyong.
A los tres timbres la suave voz de su novio lo saludó.
–¿Cómo estás, muñequito?
–Bien, estoy con Channie y Taro viendo una película.
YoonOh sonrió para sí mismo. Le hacía sentir más tranquilo que Taeyong estuviese con alguien.
–Eso es bueno, cariño. Y dime, ¿cómo estuvo tu día?– preguntó mientras comenzaba a caminar hacia su hotel que estaba a unas cuadras.
