Toda la noche estuvo lloviendo y ahora el cielo, lleno de nueves, cubría las calles encharcadas. Solo caía una pequeña llovizna cuando Andiara se sentó a desayunar en el salón, pensando que tal vez no era el mejor día para ir de spa. Cundo vio a su hijo pequeño bajar las escaleras suspiró y se resignó a ir, porque iba a caducar. Eduany desayunó tan poco que terminó antes que su madre, le dio un beso en la mejilla y, corriendo hacía la puerta, se dispuso a irse.
-Eduany- el chico se quedó paralizado en el pasillo cuando escuchó la voz de su madre, se dio la vuelta despacio.- ¿No es un poco pronto para ir a casa de Ronaldo?
El autobús de la excursión los esperaba a las 9:00 en la puerta del colegio, eran las 8:45 y llegaría tarde si su madre le preguntaba mas.
-Eh..., no, esque queremos aprovechar el día al máximo.
-Vale, pero no salgáis, hace un día muy feo. Y estate atento al teléfono.
A Eduany se le cayó el alma a los pies, no había puesto a cargar el teléfono y a penas tendría batería. Lo encendió e indicaba un 39%, se maldició pero tuvo que disimular una sonrisa para que no sospechara su madre.
-Si, si mamá, tranquila.
-Vale, pásatelo bien, nos vemos para cenar.
-Vale, mamá, te quiero.
Antes de que Andiara pudiese responder Eduany salió a toda prisa de casa. Tenía tres llamadas perdidas de Ronaldo, que lo esperaba a la puerta de casa. Con las prisas se le olvidó coger paraguas, empezaba a llover con mas intensidad, y dio gracias cuando vio que Ronaldo si que llevaba. Casí sin detenerse recogió a su amigo de la calle y juntos siguieron corriendo bajo el paraguas. Llegaron al colegio cuando el autobús ya había arrancado y cerrado las puertas. Eduany pensó que podían coger un taxi cuando el bus se paró unos metros delante suya. Se abrieron las puertas y el doctor Angelino se asomó.
-Venga chicos, que nos vamos.
Los amigos sonrieron y reanudaron la carrera hasta el trasporte. Cuando subieron el doctor los recibió con los brazos abiertos, cerraron las puertas.
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Andiara salió de casa justo cuando Eduany cogió el autobus. André bajó cargado con su mochila y desayuno y salió a la calle a buscar un transporte. Vio pasar el transporte escolar y, unos metros mas atrás, vislumbró un taxi. Cuando se subió al él se sintió especial al decir:
-Siga a ese autobús.
El conductor se rió por lo bajo y también se sintió como en una película.
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Eduany y Ronaldo se sentaron juntos y no se sorprendieron al ver que solo habían cinco personas más en el bus: el conductor, el doctor y tres compañeros. Dos de esos compañeros se sentaban juntos delante suya e Ilena estaba unos asientos mas atrás, sola. Eduany quiso ir con ella pero su amigo parecía estar muy entretenido contandole la historia de las cuevas. Intentó ser disimulado al girarse en el asiento para verla mejor, ella no lo vio, pero Ronaldo sí. El amigo dejó de hablar y se giró bruscamente interesado por lo que Eduany miraba a escondidas. Con el giro brusco Ilena dejó de mirar por la ventana y, por reflejo, miró al frente. Eduany fue rápido para volver a sentarse derecho y ella solo vio girado a Ronaldo, que la saludó amablemente. Cuando él volvió la vista al frente notó que su amigo estaba alterado.
-¿Estás bien, Eduany?
-Ronaldo, casi me pilla, intenta ser mas disimulado.
Entonces Ronaldo terminó por atar cabos y descubrió el agrado de Eduany por Ilena. Soltó una pequeña exclamación por lo bajo e hizo un pequeño bailoteo, siempre le había gustado la idea de que ellos estuviesen juntos. Eduany miró nervioso a su mejor amigo, ahora no dejaría de hacerle preguntas, y guardar secretos no era lo que mejor se la daba. Ronaldo seguía con el baile feliz y Eduany no sabía si aguantaría los 5 minutos que quedaban de viaje con él.
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Tutis
General FictionLos Tutis han vivido entre los humanos desde siempre, ayudandolos a prosperar y descubrir. Pero su tiempo ha terminado y su fe en los humanos desapareció. Ahora, en la Tierra, hay un legado escondido y peligroso.