Capítulo XXVI

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Tras eso, cogimos a nuestros caballos, y yo a Ivory, y nos montamos en ellos, para salir cabalgando de la ciudad, riéndonos sin parar al haber dejado claro quién mandaba ahí. Hace unos meses ni siquiera me podría imaginar como soy ahora. Pero si os soy sincero, me encanta ser así, ya entiendo a Nargan y a los demás, y sobre todo, su sed insaciable de aventuras.

-Vale, ahora tenemos que dirigirnos al puerto y buscar un barco. -dijo Leisek.

En ese momento, mi expresión cambió un poco, pues quizás me parecería a lo que fue mi padre, un Asaltante Marino, y no quería eso. Pero teníamos que descubrir si la Isla Del Fénix era verdadera, asique teníamos que navegar sí o sí.

-Seillareyan tiene un puerto, vamos ahí. -añadió Nargan.

Después, cabalgamos hacia el puerto, y había una gran cantidad de barcos. Nargan se acercó al más grande, con algunos adornos de oro, grandes velas de color blanco y un gran tamaño, y por lo que se veía, debía ser bastante rápido. Nos bajamos de los caballos, y dejé a Ivory libre, aunque me costase, pero no podíamos llevarnos a los caballos hacia la isla, y los dejamos en libertad. Después, nos acercamos al barco sigilosamente.

-Aquí dice que este es el barco... "El Ave Oscura". Y es propiedad de... El Rey Vathahel, Rey de Seillareyan. -leyó Nargan.

Tras ver de quién era el barco, nos miramos entre todos con una sonrisa maliciosa. De repente, uno de los pescadores de la zona vio como el ancla del barco subía y El Ave Oscura zarpaba hacia el mar abierto, con nosotros encima de él, por lo que se quedó impactado, y la caña de pescar se le cayó al agua directamente.

-¡Así sabréis quién manda en Throndill! -gritó Nargan para ser escuchado también en la ciudad.

-¿Preparados para surcar los tenebrosos mares de Throndill, marineros? -preguntó Daylor subiéndose al mástil para tener una mejor visión de todo

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-¿Preparados para surcar los tenebrosos mares de Throndill, marineros? -preguntó Daylor subiéndose al mástil para tener una mejor visión de todo.

-¡Sí señor! -exclamamos todos para seguirle el juego.

-¡Pues allá vamos! -exclamó el elfo.

4 días después...

-Chicos, he estado mirando el mapa y pone que en estas aguas hay tiburones. -añadí acercándome a ellos con el mapa en la mano.

-Te puedo asegurar que hay cosas peores en estos mares, Neith. -dijo Leisek acercándose a mí para ver el mapa.

En esos 4 días, no vimos absolutamente nada más que delfines, ballenas, y algunos tiburones. Sin embargo, aquel día pasaría algo que nunca olvidaríamos. De repente, el agua se oscureció ante nosotros de una forma bastante extraña, sin dejarnos ver el fondo, y empezamos a notar que el barco se movía más de lo normal.

Throndill: El Secreto Del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora