Capítulo 19

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Capítulo 19

Sakura


―Oye, Cerezo? ―llamó la tía Tsunade desde la puerta de atrás―. La escuela acaba de llamar. Dijeron que necesitas ir por Junpei.

Alcé la cabeza de golpe de donde había estado limpiando los muebles del patio.

―¿Está bien?

―Sí, parece que se metió en problemas.

―Joder ―siseé y fui hacia el lateral de la casa para cerrar la manguera. 

 ―¿Quieres que vaya contigo? ―gritó mi mamá mientras subía trotando las escaleras. Llevaba unos vaqueros rasgados cortos y un par de zuecos... de ninguna manera iba a dejar la casa así.

―¡No! ―grité en respuesta cuando llegué a mi habitación―. Sólo iré a recogerlo.

No me tomó mucho tiempo llegar a la escuela de Junpei y Airi y, para el momento en que me detuve en el estacionamiento, estaba tanto furiosa... como avergonzada. No estaba segura de lo que Junpei había hecho todavía, pero si habían pasado de enviar notas a casa a enviar al niño a casa, supuse que debía ser bastante malo.

Cuando llegué a la oficina, encontré a Junpei sentado solo en una de las sillas contra la pared, con su rostro cubierto de suciedad y manchado de lágrimas.

―¡Tía Sakura! ―jadeó, saltando y corriendo hacia mí. Envolvió sus brazos alrededor de mis caderas y enterró su rostro contra mi cintura justo cuando una mujer alta salió de la oficina del director.

―Hola, soy Hinata Hyuga ―se presentó, extendiendo la mano para estrechar la mía―. Trabajo como consejera en esta escuela.

―Sakura Haruno ―repliqué, soltando su mano para poder colocarla sobre los hombros de Junpei―. ¿Qué ocurrió?

―¿Va a llegar pronto el padre de Junpei? ―cuestionó, ignorando groseramente mi pregunta mientras miraba más allá de mi hombro―. En realidad, me sentiría más cómoda hablando con el padre de Junpei.

Sentí como si me hubieran abofeteado el rostro; estaba tan sorprendida por su tono. ¿Qué demonios?

―El padre de Junpei está en el trabajo ―respondí inexpresivamente.

―Bueno, es muy importante que venga a hablar conmigo. ¿Puede, por favor, llamarle y pedirle que venga? Parece que no tenemos su número de teléfono en nuestros registros.

―Probablemente puede venir después de trabajar ―dije con evasivas, con mis dientes apretados.

―Las horas de oficina terminan a las cuatro, así que eso realmente no va a funcionar a menos que pueda llegar aquí antes.

―¿Es usted nueva? ―pregunté bruscamente, sorprendida por su audacia.

―He estado aquí por un par de meses. ¿Por qué?

―Un consejo, La mayoría de estos niños tienen padres que son militares. La mayor parte del tiempo no pueden simplemente irse a la mitad de la jornada laboral.

Se puso más nerviosa mientras la miraba firmemente, luego enderezó sus hombros. Tenía que ser más joven que yo, pero se sostenía como alguien mayor.

―Bueno, ¿a qué hora le vendría bien? ―preguntó de forma mecánica con una falsa sonrisa.

―Probablemente sobre las cinco ―respondí, levantando a Junpei en mis brazos―. ¿Hemos acabado?

Unbreak my HEARTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora