the other one

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Fushiguro sospecha que tal vez verse con Itadori durante el receso de almuerzo se les hará un hábito. Van tres días seguidos en los que ambos suben a almorzar a la azotea y pasan el rato ahí.

Y aunque como siempre, Megumi es de pocas palabras, se llevan bastante bien y el pecoso ya lo toma como un amigo. El pelinegro también podría considerarlo así; Yuuji es extrovertido pero no es sofocante y tampoco exasperante, es cálido y agradable, es un chico amable por el cual ha desarrollado rápidamente simpatía y con el que se siente cómodo.

No le molestaría si realmente se les hace un hábito verse a la misma hora todos los días.

Pero aunque al igual que caminó pof el pasillo hacia el salón de Itadori el primer día, no se lo encontró ni habiendo llegado a la sala. Ni siquiera se molesta en preguntar por él porque recuerda haberlo saludado por la mañana y verlo caminar por ahí en los recesos anteriores. Se pregunta si enfermó de repente y se fue a casa, pero ni siquiera termina de pensarlo cuando escucha más ruido del usual.

Por inercia o algo por el estilo sigue a los curiosos que se asoman por las ventanas del segundo piso y puede visualizar a un grupo de gente considerablemente grande acumulada en alguna de las canchas en lo que pareciera una pelea. Y la verdad no le hubiese dedicado más atención de no ser porque desde la distancia pudo reconocer una cabeza castaña y su particular uniforme incompleto.

Chasquea la lengua molesto y baja corriendo hacia el desastre que es el tumulto de gente ahí.

¿A eso se refería con que se metía en peleas?

Tan solo le faltan un par de metros para llegar y puede reconocer a Itadori dentro del círculo que todos formaban junto con algún otro chico. Nota como ambos están en posición de pelea y puede ver sangre en la boca del castaño y también en sus puños.

No tarda en alcanzar a la multitud y no duda un segundo en meterse también al círculo tan rápido como para que alguien pueda reaccionar y detenerle. No le gusta involucrarse en peleas, pero no le queda otra opción, por lo que justo antes de que el desconocido pueda atacar al castaño otra vez, Megumi lo tira al suelo con una llave simple.

Satisfecho con lo ridículamente sencillo que fue taclear al chico, se gira hacia Itadori y le asusta ver cómo se avalanza corriendo hacia el tipo en el suelo. Por suerte puede reaccionar rápido y le toma por la cintura antes de que llegue al muchacho -que con susto se intentó poner de pie al ver al pecoso acercarse- y le empuja. Logra alejarlo y entonces le pone la mano en el pecho, empujándolo de nuevo.

-¡No hay nada que ver aquí! ¡Váyanse! -a pesar de los abucheos, gran parte de los estudiantes se retira. Pero no puede relajarse, porque siente como Itadori aún está dispuesto a atacar al chico, así que ahora lo toma por la camisa-.
¡¿Cuál es tu problema, Itadori?! Cálmate de una maldita vez.

Y es entonces que se encuentra con sus ojos. Algo le extraña en su mirada, o en todo él, no sabe qué es pero tampoco puede pararse a pensarlo, menos cuando el chico también le toma de la camisa y lo sacude, amenazante.

Se espanta por cómo Itadori se está comportando, en especial hacia él. Sin embargo, no hay un ápice de miedo en Fushiguro, sino más bien molestia y perplejidad al mismo tiempo. Le toma por el cuello de la camisa de la misma manera en la que él está siendo sostenido, sin intención de demostrar cuan confundido está ni de dar el brazo a torcer.

-¿Y quién demonios eres tú como para meterte donde no te incumbe?

-¿Huh? -Megumi no entiende por qué Itadori se está comportando de esta manera, pero sabe que no tiene la paciencia suficiente como para no calmarlo de un golpe.

guilty ¦ itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora