Ámame ¦ brightwin ¦

E

Adiós pasado. Hola comienzo.

Ya era Agosto del año dos mil veintiuno, día cinco. Ya sientes meses desde que termine con Tay ese día tan frío, donde di un fin a algo y comencé mi nueva era de sanación.

Bright y yo nos volvimos más unidos desde ese entonces, de amigos pasamos hacer confidentes de el otro, Gun se enteró de esto de todas formas por medio de Instagram porque seguía a mi ex y termino golpeando a Tay que su novio tuvo que intervenir en la pelea. Me reí cuando llegó él a contarme como partió su madre a Tay, fue bonito de cierta forma oír su narración con dramas y movimientos exagerados.

Off, amigo mío y novio de mi mejor amigo era un ángel en esta vida aunque encarnado en humano. Tiene una sonrisa encantadora que si lo hubiera conocido antes estaría con él, afortunadamente se enamoro de un chiquito adorable pero, salvaje. Me gusta su noviazgo, es sano y casi nunca pelean, solo por idioteces. De seguro se casan en un futuro cercano.

En estos momentos estaba con Bright en mi cama tomados de las manos, no entrelazados solo tomadas y era lindo esa sensación amoroso en su agarre. Ambos disfrutábamos el aire que entraba por mi ventana de forma tan sutil envolviendo nuestros cuerpos. Él tenía los ojos cerrados y de seguro dormida, yo admiraba como era.

No lo amaba, no lo hacía. Primero sanaré la herida que estaba muy abierta hasta que quede esa cicatriz que ya no abrirá nuevamente. Me he dedicado todos estos meses en mi mismo para poder estar mejor que nunca. Cambie mi número y bloqueé a Tay en todas las redes sociales que lo tenía incluído, ahora siento un alivio más suave en mi vida.

Solté la mano de Bright con suavidad que cuando me iba a levantar sentí su mano firme y tibia agarrar mi mano derecha en dónde me sonroje ligeramente, fue sutil.

—¿Dónde vas? —Murmuró en un tono bajo y grave. Aunque para mí no perdía esa dulzura y suavidad, a pesar el tono diferente.

—Iba a preparar algo de comer, ya es algo tarde, se nos fue la hora de almorzar aunque no de cenar juntos.

—Ou... Te ayudaré a preparar la comida.

—Bright. —Me quejé unos segundos, pero su mirada fue tan adorable que no me pude negar como sonrojar un poco. Un cachorro parecía al verme de ese modo con un puchero ligero de sus labios gruesos. —Está bien, ayúdame a cocinar.

No hizo nada, simplemente dejo de agarrar mi mano para levantarse de mi cama estirando su cuerpo, aunque sabía que festejaba internamente por haber logrado convencerme. Últimamente su apego a mi a sido demasiado notorio. No un apego amistoso, supongo que es otro sentido... No, no lo es. Deja de pensar en tonteras.

—¿Quieres algo ligero o una cena de verdad? Podríamos preparar una hamburguesa o pizza, no lo sé.

—Uhm, la hamburguesa no suena mal. —Chasqueó sus dedos para acercarse a mi tomando mi brazo ligeramente levantando mi cuerpo de la cama. —Vamos. —Sonrió mostrando esa hermosa dentadura perfecta y sonrisa tan ilegal para quien los viera quedaría bobo.