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Alice.

La cena está lista y la mesa llena de comida, Kelvin convence a su padre para poner algo de música discreta para que el ambiente sea más agradable.

Kamila prepara las doce uvas para todos en un vaso, mientras a escondidas nos tomamos el vino que es para la cena, Aaron está sentado junto a Kelvin y sabrán ellos dos de que hablan.

Se que dije que mi actitud los aburríria pero ha sido todo lo contrario, he estado tan ocupada pensando en la comida de esta noche que no me había recordado de Travis... Travis ya con solo pensar su nombre mi semblante cambia y mi padre lo nota.

—¿Estás bien?— me pregunta disimuladamente.

—Estoy bien, pa—le dedico una sonrisa fingida y lo nota.

—Te conozco y no lo estás...

—Claro que sí, mejor ayúdame con ir sentandose para degustar de todo ésto — le señaló la mesa.

—¡Listo! —Aparece Kamila con todas la uvas —A degustar todo este manjar.

Tomamos cada uno su puesto y procedemos a comer.

El timbre de entrada suena y nos miramos desconcertados porque no esperamos a nadie y mi corazón se acelera pensando que es el chico que trae mi vida vuelta un ocho.

Kelvin se levanta y abre la puerta.

Decepción y asombro siento, porque es Martha quien llega.

—¿incomodó? —pregunta cuando llega dónde estamos, la cara de felicidad de Aaron lo dice todo.

Y a pesar que fue sorpresa para todos le hacemos un puesto en la mesa y seguimos comiendo.

Todo está delicioso, sin embargo mi mente y al parecer mi estómago se encuentra en otro sitio y más por esa repentina carga se adrenalina que sentí cuando tocaron el timbre, el vino hace un poco de efecto en mi cabeza pero no me importa ya que quiero dejar de pensar en alguien pero no puedo.

Las horas pasan y de conversación en conversación nos damos cuenta que falta nada para despedir el año.

Cada uno se prepara con su vaso de uvas y al encender la televisión, empiezan las campanadas.

Por mi padre...

Por Aaron...

Por Kamila...

Por un año lleno de felicidad, salud, alegrías, amor...

Mis ojos se cristalizan y al ver a Kamila ella ya está echa un mar de lágrimas, su padre y Kelvin la abrazan.- al parecer el vino si hizo efecto, y mucho- Empezar un año sin alguien que realmente quieres duele, lo se porque me está doliendo a mí la presencia de mi chico misterioso.

Martha abraza a Aarón y me mira a mí y a mi padre, no creo que pueda despreciar ese abrazo que nos hemos dado por años, es un año nuevo y creo que hay que perdonar.

—¡Feliz año nuevo! —nos deseamos todos en un abrazo grupal.

A Kami la abrazo fuerte y le deseo las mejores cosas del mundo al igual que a Kelvin.

La emoción está latente, si embargo hay un vacío en mi y, esperanzada, me acerco a la ventana y me encuentro con la mirada de él, al principio pienso que es el efecto del vino pero, al mirar bien por segunda vez, me doy cuenta qué es real. Está fuera, sentado en la parte delantera de su auto.

Sin que nadie me vea salgo.

—Sabia que no te aguantarías —Una estúpida sonrisa se pinta en mi cara y al acercarme más a él, lo abrazó —Feliz año nuevo, Travis.

H E R D I N © ✓ (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora