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¿Mi vida?... Un desastre total. Uno, igual al que pocas personas en este mundo tenemos.

Primero está mi madre: Pocas personas tenemos que convivir con un ser manipulador, controlador y perfeccionista. A veces quisiera que mi vida fuera igual a las chicas que protagonizan una novela de wattpad; Donde sus padres nunca están en sus casas, donde son libertinas y no tiene que rendirle cuenta a nadie. Pero está es mi realidad, mi vida, la que me tocó vivir.

Lo segundo sería qué tengo secretos que pensé que sólo una persona sabía, pero al parecer, son dos. Aunque eso ya es lo de menos.

Lo que ahora tengo que afrontar es a mi familia, sobre todo a mi madre.

—¡¿Hablaras o te quedarás todo la mañana muda?!— mi madre está al borde de la locura —Alice... por milésimas vez, ¿Por qué lo hiciste? Se supone que tu padre te estaba dando la libertad que una adolescente cómo tú, debe de tener. ¡Pero No! ¡Te sales de la casa y te vas de fiesta!

Observo a mi padre y veo que hay decepción en su mirada.

—Lo siento...— es lo que logró decir luego de que mi madre me halla gritando por unos díez minutos seguidos.

Quisiera sentir miedo, tal vez... quisiera simplemente sentirme mal por que le falle a mi padre. Sin embargo, la rabia de haberme encontrado a la tía y a Sharon en casa, al regresar con mi madre de casa de Kamila, no puedo sentirlo.

También quisiera sentir que le falle a mi madre, pero ella nunca estuvo de acuerdo con mi padre y menos ahora que sale a luz lo de la fiesta del fin de semana pasado.

Antes que mi madre perdiera el juicio. Le explico que era lo que hacía exactamente en casa tan temprano. Al parecer ella se enteró de la relación que sostiene Sharon con Athan, de la fiesta y estoy segura que para defenderse un poco ella, le contó de mi presencia.

—¿Lo sientes? ¡Claro que lo vas a sentir! Si estabas castigada, está vez te queda prohibido salir de casa excepto a la escuela...

—¿No crees que estas exagerando demasiado, Martha?— al fin interviene mi padre en todo esto.

—No estoy exagerando. Habíamos hablado de esto y te lo dije, ... , qué no sería buena idea y...

—Estoy seguro que sus razones tuvo para hacerlo —a pesar que mi padre no es de discutir o meterse en cosas que no son de su incumbencia, últimamente discute mucho con mi madre. Y no se le queda callado como siempre había pasado —, además, no creo que halla hecho cosas indebidas.

—Tio, ella sólo estaba en la fiesta al igual que yo bailando, nada más...— comenta Sharon con carita de perro regañando. Pero mi tía la reprende y le dice que no meta la lengua donde no le han llamado.

—Lo mejor sería irnos —toma a Sharon del hombro —. Ya no tenemos más nada que hacer aquí.

Claro, como ya armo la tercera guerra mundial en mi casa, ahora se va como si nada y estoy segura que le perdonará el "incidente" de la fiesta a su queridísima hija.

¡Aaaaah...! Quisiera estampar la cara de Sharon contra la pared.

Mis padres sigue discutiendo. Yo sigo en el sofá sentada escuchando todo lo que dicen y mi teléfono no deja de vibrar.

—¡Ya está dicho! No sale de casa y punto —finaliza mi madre la discusión y desaparece de la sala dejándome con mi padre y sin dejarme explicar nada.

—Pa, lo siento —lo miro y me levanto del sofá —Quería ir a la fiesta y estaba segura que no me dejarían ir— mi padre me mira y presta atención a lo que digo —, además ni estaba haciendo nada malo cuando me encontré con Sharon, al contrario, hablaba con él chico con ella sale por que es mi amigo.

H E R D I N © ✓ (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora