H E R D I N © ✓ (Terminada)

•42

Travis

Me terminó de vestir y le envio un mensaje a Alice que ya estoy listo y que estaré allá en veinte minutos.

“Te pido que hagas nada que pueda arruinar la fiesta ”

“¿Porque pides eso?”

Nos mensajeamos.

“Kelvin estará aquí ”

“¿Porqué?”

“Es obvio, Travis"

Mi humor cambia, estar al lado de ese imbécil no me agrada pero, como ya me lo a dicho Alice: es su amigo y primero la amistad ante cualquier cosa. Palabras que me a dicho una y otra vez, con el fin de poder conciliar con Otis.

Me miró una vez más en el espejo y estoy listo para salir pero una voz me detiene cuando tomo el pomo de la puerta.

—No lo quiero hacer nuevamente...

—Tienes qué. Si no lo haces te hará a un lado y pasarás el resto de tu miserable vida sólo.

la persona puntualiza la última palabra. Sigo escuchando.

—tengo miedo y lo sabes... ella es buena conmigo y no quiero que él vuelva a sufrir... y todo por mi culpa.

—La muerte de Vanessa era necesaria

Al escuchar ese nombre y sobre todo su muerte revuelve mi estómago ¿de qué carajos está hablando Otis?. Sin interrumpir y en silencio sigo escuchando.

—Lo sabes... ahora le toca a ella...

—No lo haré— impone Otis decidido.

—¡pues yo lo haré!

La segunda voz se altera y al darse cuenta de que los pueden escuchar vuelve a bajar la voz.

Siento que mi cuerpo se enciende por completo y estoy a punto de a abrir la puerta y golpear al desconocido.

—Escucha. Solo tú me puedes dar el permiso de tener el poder, solo tienes que darme el paso y ya está.

No quiero seguir escuchando sandeces de nadie mas, así que de un golpe la puerta se habré y la perplejidad que hay en el rostro de Otis es notable. No hay nadie más solo esta él, ¿qué mierda está pasando aquí?

—¿Con quien carajos estabas hablando? —me acerco a él amenazante mente.

—C-con nadie — titubea.

—¡¿Como que con nadie?! ¡Te escuché Otis! —lo tomo del cuello de su sudadera —¡explícame como carajos tu tienes que ver con la muerte de Vanessa! ¡explícame! —mi voz retumba en toda la casa.

—No se de que hablas... yo...

Otis baja la cabeza y niega un par de veces hasta que...

—Yo sí— su voz cambia, es igual a la que escuchaba hace unos segundos. Se dibuja una sonrisa perversa en su rostro y sigue hablando —Yo se todo con exactitud, como rogaba por su miserable vida, como sus padres...