Liebregts

CAPÍTULO 2

Estragos y conversaciones de mal gusto

Amara

—Lista—acenti—Bien, sube.

Entre al auto con Aitor, el me llevaría a la secundaria, esto me va a ser perder la poca cordura que me queda, bulla, personas, sol, risas y gritos, pocos minutos después llegamos a la entrada principal, respire profundo y cerré los ojos, una horrible imagen de lo que pasó llego a mi mente y abrí los ojos.

—Estaras bien Amara, apesar de todo lo que pasó eres una Liebregts, y nosotros somos fuertes, que tengas un lindo día.

Salí del auto sin decir nada, me adentre en la nueva cárcel en la que estaría, habladurías y murmullos por todos lados, chismes y risas, uno que otro olor a hierba, que asco de lugar, entre al salón de clases y me coloqué en los últimos asientos.

Fueron pasando los minutos y el salón se fue llenando de gente, unos notaron mi presencia otros no.

—Buenos días—comentó el profesor entrando, unos contestaron, otros no, me incluyo entre ellos—Bueno como ya se abran dado cuenta, tenemos una nueva alumna, puedes pasar al frente por favor Amara—respire profundo y me levante, me encamine al frente de todos-por favor preséntate con tus compañeros.

Soy Amara, Amara Liebregts—todos se quedaron en completo silencio y me observaban con sumo cuidado.

—Liebregts? Como el abogado? Como los chicos Liebregts.

—Es imposible que sea hermana de ellos.

—Que no eran solo chicos?

Ellos son mis hermanos—en ese momento una chica un rasgos asiáticos entro, y agradeci por que entrara, estos demonios me están volviendo loca.

—Perdón por llegar tarde—se excusó.

—No se preocupa señorita Lana, vallan a sentarse.

El resto del día continuó normal, de una clase a la otra hasta que se llegó la hora del almuerzo.

Compre lo necesario, la mirada de la chica asiática se cruzó conmigo, otras chicas la molestaban, mientras ella comía, ella tenía algo, quizás se parecía a mi un poco, o quizás estaba equivocada, me dirigí a la mesa donde ella estaba, las chicas abandonaron la mesa y yo me senté sin decir ni una sola palabra, ambas terminamos el almuerzo, sali del comedor, ella venía a poca distancia de mi, no sabia si era que me seguía o solo iba sin rumbo.

Doble al baño y me sorprendió verla doblar.

Por que me sigues?—ella bajo su cabeza

—gamsahamnida—arrugue la frente—gracias.

Salí del baño sin decir ni una sola palabra, el día de clases concluyó, estaba esperando a alguno de mis hermanos, una hora, dos horas, tres horas, empecé a caminar, entre a una que otra tienda, compré algunas cosas que me gustaron.

Nada fuera de lo normal, nada que me gustara por completo pero nada que me desagradara tanto como para no comprarlo.

Aitor

Suspiro profundo entrando a la casa, un silencio abrumador la consume como siempre, he comprado comida china, se que ha Amara le encanta.