Los Hermanos

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Pasé la temporada de exámenes de la escuela y las vacaciones estaban cerca, me puse a pensar en el lugar al que iríamos mis hermanos y yo esta ocasión, la vez pasada fuimos a un lago a acampar y fue muy relajante, ellos se encargaron casi de todo durante el viaje, mientras que yo habia preparado lo que llevaríamos y no batallar en el viaje.

Estaba pensando en que tal vez podríamos ir a la playa y quedarnos en algún hotel esta vez.

Hoy tenía trabajo así que me dispuse a cumplir con mis deberes, haciendo horas extra para tener ahorros suficientes en las vacaciones.

Habían dado las 10, así que tome mis cosas y salí, tenía unos mensajes de mis hermanos, en los que me explicaron que tenían una reunión con su pandilla así que no podrían llegar por mí, desganada, comencé a caminar por las calles, estaba oscuro y vació, pase por algunos callejones y me volteaba cada cierto tiempo para verificar que nadie me siguiera, estaba vació pero igual me dio mala espina, así que me quite los audífonos y los guarde, saque un gas pimienta que me regalo Souta y me prepare, mi intuición era muy buena.

Mi cuerpo se estremeció cuando escuche los pasos de varias personas salir de un callejón que habia pasado hace unos metros, camine más rápido y los pasos de aceleraron, mi corazón pulsaba con fuerza y mantuve listo el gas pimienta, quitando el seguro.

Escuché como se acercaban así que comencé a correr y las personas atrás de mi también, comenzaron a gritarme cosas. <<!Hey ¡, ¡preciosa ¡>> Comencé a asquearme <<Solo queremos divertirnos un rato ¡>>

Mientras corría sentí una mano alcanzar mi hombro y tocarme, sin dudarlo, me giré y le rocié gas pimienta al tipo, apestaba a alcohol y estaba desalineado, el grito mientras me insultaba, yo solo comencé a seguir corriendo, pero uno de sus acompañantes me alcanzo y me metió el pie, haciéndome caer, habia algún cristal roto y sentí como se enterró en mi brazo, haciéndome gritar del dolor punzante, la sangre salía manchando mi ropa.

X: ¿A dónde crees que ibas maldita perra? - comenzó a gritarme el que me tiro, mientras agarraba con fuerza de mis rizos y me arrastraba de vuelta hacia sus compañeros alcoholizados, de fondo estaban los insultos del que le rocié la cara – Ahora te vamos a hacer llorar por engreída.

Comencé a gritar por ayuda, la calle estaba sola y vi a alguien a lo lejos, se dio cuenta de mi situación, pero se regresó asustado por donde vino, me habia abandonado. El tipo que me jalaba del cabello me tapo la boca y yo le mordí con fuerza, tratando de reventarle la piel de la mano, el comenzó a gritarme, luego me dio una patada en el estómago que me saco el aliento.

Los otros dos tipos que estaban enteros comenzaron a reírse al verme entrar en llanto, eran muchos para mi sola, uno de ellos se agacho para tomarme de la cara y mirarlo, sentí su asqueroso aliento quemarme las fosas nasales, el se molesto por mi cara de asco y me dio una cachetada, con la cual me ardió la piel.

X: Mírame con respeto, estúpida zorra. – se levanto y me pateo una pierna con fuerza.

¿??: ¿Como te atreves a tratar a la señorita de esa forma? – una voz desconocida hizo voltear a los tipos, habia dos personas al otro lado de la calle, parecía que daban una vuelta hasta que se toparon con mi situación.

X: Ustedes no se metan imbe... - el borracho no pudo terminar su frase ya que uno de los muchachos le habia dado un puñetazo en la cara, noqueándolo de una y terminando en el piso como un saco de basura.

El otro de los muchachos, tomo las muñecas del tipo que sostenía mi cabello y comenzó a estrujarlas, hasta que me soltó, y luego le pego con una barra metálica que no habia visto antes.

Ambos muchachos les dieron una rápida golpiza a los borrachos, juraría que le rompieron el brazo a uno y la pierna a otro, todos mis atacantes quedaron inconscientes.

Un silencio se presentó, ambos me miraron y se agacharon hasta mi rostro, yo estaba temblando de miedo y confundida, pero por la cercanía pude ver sus rostros, uno tenía unas trenzas, su cabello era rubio y en una parte negra, el otro también era rubio, pero con mechas azules, uno usaba un saco negro y el otro un suéter con cuello de tortuga gris.

¿??: Disculpa – la voz del trenzado llamo mi atención - ¿puedes caminar? – el de mechas azules se levanto y me dio la mano, yo le correspondí y traté de levantarme, pero una de mis piernas comenzó a doler fuerte mente y no pude evitar quejarme del dolor, el de mechas azules se exalto y me hizo poner mis brazos en sus hombros, luego me cargo como una niña pequeña.

¿??: Mi nombre es Rindou Haitani – dijo el muchacho que me cargo – y él es mi hermano Ran Haitani, estábamos dando un paseo cuando nos topamos con tu problema – su voz era seria pero amable.

Ran: Es una suerte que llegáramos – sonrió – lamentablemente no antes de que te hicieran daño, dinos, ¿Cómo te llamas cariño? - saco un pañuelo de su saco y me lo extendió, ya que yo seguía llorando en silencio.

___: Mi nombre es ____ Kawata – acepte su pañuelo y me limpie el rostro, la piel donde me habían cacheteado seguía ardiendo.

Rindou: Te llevaremos al hospital.

___: No¡- mi voz se hizo un nudo – Quiero ir a casa... Quiero ver a mis hermanos... - comencé a llorar en silencio de nuevo, ellos se miraron entre sí.

Ran: Vamos a buscar nuestras motos, no están muy lejos y te llevaremos con tu familia, no te preocupes – sonrió amable y su voz era cariñosa, no puse evitar sonreír, aunque me temblaban las manos.

Me llevaron hasta un estacionamiento no muy lejano, Rindou me coloco en la moto a mi primero, mi teléfono sonó de repente, era Nahoya.

Nahoya: ____¡¿Dónde estás? – su voz era nerviosa – tenemos una terrible sensación y no contestas los mensajes.

____: Y-Yo... - mi voz apenas era audible – voy a casa, unos amigos me salvaron y yo... quiero ir a casa – volví a llorar de nuevo – vamos para allá.

Nahoya: Mándanos tu dirección en tiempo real – iremos rápido a recibirte, estamos muy preocupados por ti.

____: Iré a casa pronto.

Mande mi ubicación en tiempo real y les dije a los hermanos Haitani la dirección de la casa, Rindou se subió detrás de mi en su moto y me dijo que lo abrazara con fuerza para que no me fuera a caer, yo le hice caso y nos fuimos, Ran iba detrás de nosotros en su moto, atento a mi mientras Rindou manejaba.

En los semáforos rojos, sentí como Rindou me acariciaba la cabeza y mi espalda para que me relajara, supuse que sintió como lloraba, hundida en su pecho.

Los Trillizos de la Tokyo ManjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora