Tregua

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Comencé a ver calles conocidas, mi respiración se calmo y de alguna forma me sentí segura, con estos desconocidos, incluso me puse a recordar que les llame a amigos cuando Nahoya me llamo, ahora que lo pensaba con mas claridad, era algo raro.

Las motos se detuvieron y me separe un poco del pecho de Rindou, escuche la puerta de la entrada abrirse.

Nahoya y Souta: _____¡- sentí el cuerpo de Rindou tensarse y le miré la cara, estaba serio, luego mire a Ran y tenia una cara divertida y confundida, mis hermanos se acercaron lentamente y en silencio a Rindou y a mí, Rindou se hizo un poco hacia atrás y yo me solté de su cuerpo.

Rindou: Cárguenla, le lastimaron la pierna – su tono era serio, los rostros de mis hermanos estaban tensos y Souta me cargo como a un bebe.

____: Por favor, quédense a cenar – todos voltearon a mirarme – Me salvaron de estar peor y es lo menos que puedo hacer por ahora – gire a ver a mis hermanos - ¿Pueden hacer la cena por mi esta noche? – no se veían muy convencidos, pero aceptaron.

Ran: En ese caso – hizo una amplia sonrisa – Nos encantaría, ¿verdad? Rindou – Rindou solo asintió, apagaron sus motos y entramos a la casa todos, el silencio era incómodo.

Souta me sentó en el sofá y entre él y Nahoya empezaron a revisar mi rostro, mis brazos y mis piernas, Nahoya corrió por el botiquín y vendas al baño, cuando regreso, empezaron a desinfectar mis heridas y a ponerme pomadas, Souta me vendo la pierna y Nahoya sacaba los pequeños cristales de mi brazo con sumo cuidado, para después poner unas gasas y vendarme, luego me pusieron una crema en mi mejilla y un parche especial, el dolor disminuyo.

____: Nahoya... Souta... - Ambos se detuvieron y se hincaron para estar a la altura de mi mirada – Y-Yo... tenia mucho miedo de no regresar... - las lagrimas empezaron a caer incontrolables de mi rostro, ambos me abrazaron con cuidado y yo lloraba como una pequeña asustada – Los amo hermanos – mi voz era apenas audible, Souta temblaba y Nahoya estaba con un rostro de pocos amigos, estaban preocupados por mí, y molestos por no estar ahí conmigo.

Rindou: Los tipos acabaron inconscientes.

Ran: Les rompimos varios huesos. – su sonrisa era curiosa y victoriosa.

Mis hermanos voltearon a mirarlos, en un gesto extrañado, pero hasta cierto punto, agradecido.

____: No sé qué habría hecho sin ustedes – me gire para ver a los hermanos Haitani – realmente agradezco que me ayudaran, antes de que ustedes llegaran, vi a una persona ver lo que me sucedía y se fue huyendo, ni siquiera llamo a la policía... realmente sentí que era mi final...

Nahoya: No vuelvas a decir eso por favor – tomo mi cabeza con delicadeza, sus manos le temblaban – perdónanos por no estar ahí para ti.

____: No digas eso tampoco, ustedes también tienen cosas que hacer y se que no siempre estarán ahí para mí.

Ran: Nosotros podemos si ellos no pueden – mis hermanos voltearon a verle, incrédulos – ¿o no? Rindou.

Rindou: Tu solo llámanos y estaremos ahí de inmediato, te daremos nuestros números, no nos hables si no quieres – se hizo hacia atrás, recargándose en el sofá.

____: Claro, agradezco mucho el gesto – acaricie los rostros de mis hermanos – Estos son mis hermanos, Nahoya y Souta, los tres somos Kawata, trillizos – señale a los Haitani - Ellos son Ran y Rindou Haitani, son hermanos – voltee de nuevo a ver a mis hermanos - Ahora que los presente, por favor, ustedes, hagan de cenar, yo me quedare con ellos– sonreí más tranquila y ellos fueron en silencio a la cocina.

Ran: Que interesante, nunca habia visto trillizos.

Rindou: Ya decía que tu rostro se me hacia conocido, no sabia que esos dos tenían una hermana.

___: Se conocían antes?

Ran: Algo así – sonrió - ¿Y porque trabajaste hasta tan tarde?

___: Bueno, se acercan las vacaciones y quería tener un dinero extra, pero dado mi estado, no podre ir a trabajar unos días – sonreí algo derrotada.

Rindou: Préstame tu teléfono – se lo pase y el comenzó a anotar su número y se llamó así mismo, luego escribió el de Ran y le marco – listo, ahora podremos estar en contacto, no dudes en llamarnos para lo que sea – su cara era seria, pero su tono de voz era amable y yo asentí en el acto.

Ran: Si quieres podemos pasar por ti cuando sea muy tarde.

___: Eso sería aprovecharme de ustedes.

Ran: No digas esas cosas, estamos ofreciendo nuestra ayuda – me guiño el ojo.

Mis hermanos pusieron la mesa y nos llamaron, Ran rápidamente se levanto para cargarme y llevarme a una de las sillas de la mesa, mis hermanos no le quitaban la mirada de encima, hasta que me acomode y ellos también, cenamos en silencio y note incomodos a mis hermanos, por otro lado Ran se veía divertido y Rindou simplemente cenaba, cuando terminamos, ambos agradecieron la cena, Ran me dio un abrazo despidiéndose y luego Rindou hizo lo mismo, me quede en la silla de la mesa y veía como salían de la casa, siendo seguidos por mis hermanos.

Nahoya: Escuchen – los Haitani lo miraron atentos – Yo... Nosotros... - suspiro ruidoso – Gracias por traerla y cuidar de ella.

Rindou le sonrió y encendió su moto.

Ran: No se preocupen, gracias por la cena – encendió su moto – Ella es todo un encanto.

Escuche las motos de los hermanos Haitani alejarse, mis hermanos regresaron en silencio a la mesa.

Me ayudaron a llegar al baño, con cuidado hice mis necesidades y me prepare para dormir, luego me llevaron a mi cuarto y me pasaron mi pijama, salieron y me cambie.

____: Hermanos... - Ambos entraron a mi cuarto, esperando indicaciones de lo que necesitaba - ¿Pueden dormir conmigo esta noche? – ambos aceptaron y se fueron a preparar, regresaron en pijamas y nos acurrucamos los tres, de nuevo me sentí segura.

Al día siguiente un medico vino a verme, mi pierna no estaba rota, pero el golpe habia sido fuerte y tenia que reposar, me dio algunos medicamentos y cremas para evitar infecciones en mi brazo y otros para la inflamación y el dolor.

Llame al trabajo y a la escuela, explicando mi situación, una compañera me traería los apuntes y me dieron una semana de descanso para mi recuperación.

Llame a Rindou, para contarle mi buen diagnóstico con el médico y tanto el como Ran se alegraron de mi estado, irían a visitarme en la tarde.

Les comenté a mis hermanos y no se veían contentos, pero supuse que no podían negarse, ya que, gracias a ellos, la situación no pasó a más. 

Los Trillizos de la Tokyo ManjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora