4to grado

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Llegué a mi salón de clase en este nuevo año que empieza, no conocía a nadie ya que me encontraba repitiendo grado, entre los rostros nuevos encuentro 2 conocidos y aunque no me la suelo llevar con ellos intento aparentar carisma y solidaridad ya que solo a ellos los conocía, estos personajes tienen significado en mi historia más no en la de la historia.

Caminé un poco junto a ellos y estábamos hablando pero me dejaron a mi suerte por lo que volví al salón y me puse a leer un libro que me encanta, en lo que acababa el capítulo del libro la campana suena y ya es hora de empezar clases

-Es primer día, nunca hacen nada interesante así que me puedo relajar un poco mas- pensé

Seguí leyendo mi libro hasta que me interrumpió alguien que estaba tocando la puerta, la profesora se paró y abrió, se quedó hablando con una señora con una bata blanca, parecía ser una señora de la enfermería, del laboratorio o de el servicio de psicología ya que mi colegio se considera uno muy bueno.

-¿De aquí quienes están repitiendo grado?- a lo que mis 2 compañeros y yo levantamos la mano asustados por lo que podría pasar

-Vengan, levántense y háganse acá- señaló en frente de todo el salón y yo aún más asustado hice caso sin decir nada, obviamente intentaba que nadie se diera cuenta de lo asustado así que coloque una cara de odiar al mundo para evitar lo que podría llegar a pasar.

-Por favor preséntense al resto del curso- cuando la señora dijo eso ahí mismo yo respondí - enserio es necesario? Si no hay problema me gustaría no hacerlo-

-¿Y porque? Ni que se lo fueran a comer- este comentario me enojo y quería darle un golpe y romperle cada hueso de su cuerpo

-Tengo mis razones, no vine a hacer amigos solo a tener buenas calificaciones para acabar este año rápidamente- dije con un tono que mostraba mi molestia por lo que todos me miraron inmediatamente

-No, tienes que hacerlo- dijo muy disgustada
-esta bien, me llamo Max, tengo 10 años (en ese momento no había cumplido los 11) ojalá podamos llevarnos bien para los trabajos en grupo y esas cosas y ya, ¿ya me puedo sentar?- dije aún muy disgustado

-Bien, siéntate- dijo ella

Yo me senté e ignore todo lo que pasó después concentrándome en mi libro hasta que sonó la campana que anunciaba el descanso el cual según mis planes iba a pasar solo hasta que sentí la presencia de alguien acercándose a mi.

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Espero que les haya gustado está primera parte, si tienen alguna sugerencia por favor déjenla en los comentarios ya que es mi primera historia

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora