Mira yo soy sincera, hay veces que no adelanto los acontecimientos, que soy positiva, intento dar lo mejor de mi, por ese uno por ciento de posibilidades y lucho hasta ver los resultados. Pero esta vez no hay ni un cero coma cero, cero, cero, cero uno por ciento de ganar. Es decir, somos cuatro chicas que no hemos cogido una pelota en nuestra vida, cada una por diversos motivos, en mi caso por que desde pequeña todas acababan en mi cabeza de forma instantánea y en el caso de aquellas tres caniches (sí, ahora les llamo así por que no hay otro adjetivo que les pueda poner en este momento.) estoy segura de que es por que tienen miedo de romperse una uña o de tener entre sus manos algo que cuesta menos de varios miles de euros. Pero por lo menos intentaría obtener buen puntaje en los tiros por mi parte.
Después estaban ellos, unos chicos que llevan toda su vida cogiendo un pelota (en su caso la de baloncesto.)y han llegado a participar en competiciones. Lo peor es que dejando de lado aquellos tres chicos estaba el personaje con ojos esmeralda, que por su físico tampoco quitaba esperanzas al grupo y que justo acababa de apoyar su mano encima de la mía.
Vale buena jugada atacar por lo bajo. Así que vamos con esas ¿no?.
Levanto mi mano y la apoyo nuevamente con la suya pero ahora justo encima. Alzo la mirada para observar su verde que me atrapa por unos segundo pero batallo para no hundirme en su belleza. El hace una mueca de sorpresa para después desprender una sonrisa pícara. Sí, mi plan es conquistarlo para después dejarlo solo como él hizo conmigo. Una venganza digna y poco difícil de desarrollar ya que me cerebro no da para más. Aún así creo que puedo intentarlo, puedo intentar plantar a ese pedazo de idiota y que sufra.
-Vale las damas primero-
-Perfecto, así os ahorramos la derrota- el tono de superioridad nunca se pierde en Lucía.
Con la bola entre las dos manos se dirige hacia el gran pasillo y la lanza con lo que me parece mucha fuerza pero resulta que no llega ni a la mitad de aquel largo pasillo. Las risas se escuchan de parte del equipo contrario, hasta Christian se estaba riendo no me lo puedo creer. La cara de Lucía parece una pasa de lo arrugada que esta por el cabreo que lleva encima y vuelve a coger una bola de color rosa para después desprenderla otra vez, pero esta vez si llega a derribar bolos. En la pantalla se suman los puntos y se ve claramente que ha derribado... seis bolos.
-¡Bien!- grito levantándome de mi asiento.
Todos se quedan sorprendidos por mi repentino grito pero Mónica y Sheila me acompañan con algunas palmas.
-Ahora me toca a mí- Samuel levanta la mano de forma tranquilizadora (para su equipo claro.)
Se levanta pasándole una mirada a Lucía, que volvía a su asiento, y coge una bola de bolos ahora de color negra. Sus músculos se tensan a igual que los de Lucía. De verdad tenía miedo de que esa pelota me pudiera enterar bajo el suelo con solo cogerla.
-¿Pesa demasiado cariño?- el tono de Lucía era bastante burlón.
Samuel le mira con descaro. Bueno te acaba de devolver lo de hace un segundo Samuel no te puedes quejar. Alza la pelota hacia arriba para propulsarla con todas sus fuerzas y tirarla. La pelota resuena durante el viaje y se escuchan los bolos caer aunque desde nuestro asiento no se ve muy bien cuantos, así que llevo mi mirada hacia la pantalla que anota los puntos que ha conseguido Samuel y... ocho bolos.
No puede ser casi hace un strike. Estaba claro que iban a ganar, pero no esperaba que fuera a ser una paliza. Coge otra bola del mismo color y la vuelve a lanzar obteniendo el mismo resultado ocho bolos y más puntos para su equipo.
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Incluso Si No Me Amas
RomanceHola, mi nombre es Ana y esta es mi historia. Desesperante pero cierta. Soy una chica de pocos amigos pero estaba segura que mi príncipe azul, el chico con el que me casaría y tuviese hijos era ese amor de la infancia que toda niña pequeña tiene. Pe...