Frozen Heart :: JinSu ೃ୭

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Llegamos con los brazos atiborrados de leña y se los entregamos. No mencionaron nada sobre el tiempo que tardamos así que pensamos que había sido algo normal para ellos.

— ¿Seguro que saldrás tan tarde? —me susurro mientras los otros dos estaban distraídos prendiendo el fuego— ¿Qué tal si te sucede algo?

— No me pasará nada, lo prometo. — sonreí.

El tiempo transcurrió normal, ya nadie habló de nuevo del tema y no volvimos a discutir en todo el día. Será algo complicado no aburrirse de vez en cuando considerando que no tenemos nada más que guitarras, leña y la naturaleza por unos 31 días más o menos. Debimos considerar traer algo más aparte de un par de instrumentos.

En fin, cayó la noche y entramos a las tiendas, esta vez pedí cambiar compañero de campaña con el pretexto de que Moonbyul se movía demasiado y no me dejaba dormir, pasando por un berrinche de su parte.

— ¡Ay no es verdad! — reprochó.

— ¡No me dejaste dormir anoche y por eso me salí! — seguí mi mentira.

— Ya está bien, hoy dormirás con Taehyung, dejen de estarse peleando ¿okey? —nos miró y asentimos — Buenas noches.

— Buenas noches. — contestamos al unísono y cada uno se fue a su respectiva tienda.

— Supongo que eso fue para poder salirte, ¿cierto? — ya estábamos dentro.

— Obviamente, Byul no se mueve tanto. — reí bajo — Hay que esperar a que ellos se duerman bien o me verán.

— Conociéndolo, Byul ya debe estar roncando. — soltamos risas leves — Jimin se tarda unos diez minutos, tú ten paciencia.

Él ya nos tiene el tiempo medido de cuanto nos tardamos en quedarnos profundamente dormidos, digamos que tiene lapsos de aburrimiento muy fuertes. Y por primera vez, eso me va a ayudar.

Esperé cerca de once minutos más o menos y Tae me dijo que ya era seguro salir, así que me puse mi chamarra, zapatos y tomé mi cámara por si acaso la necesitaba. Aun así salí consumo cuidado y silencio para evitar fallar en el intento.

— Hey... Promete que regresarás antes de que amanezca al menos. — me dijo antes de salirme por completo de la tienda.

— Te lo prometo, no te preocupes tanto. — sonreí y cerré la "puerta".

Se escuchaban desde afuera los ronquidos de Jimin y Byul, era obvio que ninguno estaba consciente ya, sin embargo, continué mi táctica silenciosa por sí acaso.

Seguí el mismo camino de ayer, de igual manera tardé una media hora en llegar al dichoso lago. Esta vez no había nada, ni luces, ni música, ni siquiera nevaba y, por supuesto, el chico tampoco.

— Perfecto, ahora no está. — bufé.

Me recargué en el árbol donde lo vi anoche, con el afán de esperar a ver si aparecía por ahí, pero el sueño empezó a vencerme y me quedé dormido, debí beber más cafeína. No sé cuánto tiempo exactamente estuve así porque al parecer mi reloj deja de funcionar correctamente de este lado del bosque, pero sí sé que desperté cuando alguien me habló.

— ¿Hola? ¿Estás vivo? —escuché una voz delicada y me movía el brazo— Oye...

Abrí los ojos de golpe con el susto atravesado, luego enfoqué mejor la vista y era él... ¡Yo sabía que era real! O a menos que esté soñando, esa posibilidad ahora sí tiene sentido.

— ¿Estoy despierto? — ignoren un poco mi falta de inteligencia en estos momentos.

— Si... Yo te desperté, así que sí. — sonrió tiernamente — ¿Qué haces aquí otra vez?

— Yo... —dijo "otra vez", eso me confirmó que lo de ayer fue completamente auténtico — Tenía curiosidad de ver este lugar.

— Ah, no tiene nada de especial si eso es lo que esperas encontrar. —suspiro.

— ¿Nada de especial? Para empezar tiene nieve, ninguna otra parte del bosque la tiene. — ambos estábamos sentados en el césped — Y tú la hiciste caer... Te vi. — confesé.

— ¿Me v-viste? —tartamudeó sorprendido, yo asentí— Ningún humano puede ver eso...

— ¿Dijiste humano? ¿Qué no lo eres tú también? — es lógico que no es humano o al menos no uno normal, pero necesitaba que él mismo me lo dijera.

— No, no lo soy... Y ya dije demasiado. —se levantó, extendió su mano hacia mí y me ayudó a ponerme de pie — Ya debes irte, no puedes estar aquí.

— Pero dime porqué, ¿qué está ocurriendo? —ahora de verdad estaba confundido— Dime lo que eres.

— No lo haré, es una regla que no se debe romper. —acabo de notar que es más bajito que yo, eso sí que es para sorprenderse.

— ¿Regla? No entiendo nada de lo que dices. — quería una respuesta buena para tantas cosas sin explicación, pero parecía que no la obtendría hoy.

— ¿Quieres saber qué pasa? Si logras venir mañana a las cuatro de la madrugada te lo diré, pero no debes pedir ayuda de nadie como lo hiciste hoy. —dijo serio.

— ¿Cómo sabes eso? —no respondió— ¡Dime! — negó con la cabeza, me dio la espalda y desapareció igual que esa noche.

A las cuatro de la madrugada... Sin ayuda de nadie. No suena difícil, pero por lo regular a esa hora Jimin se despierta durante unos cinco o diez minutos y luego se vuelve a dormir, Tae tarda demasiado en dormirse, a veces hasta llega a permanecer despierto media madrugada, y Byul por esas horas suele despertar por alguna pesadilla.

Cuando vives tanto tiempo conviviendo con una persona aprendes sus costumbres y manías incluso a la hora de dormir.

Lo extraño es porqué ese chico sabía justo la hora de la noche en que se me dificultaría más salir a buscarlo sin alertar a nadie. Y sobre todo como supo que obtuve ayuda hoy.

Me confirmó que no es un humano, cosa que fácilmente supe desde la noche anterior. Dijo que me diría qué pasaba en este lugar si cumplía con su horario, y debo hacerlo.

No sé cómo... Pero lo haré.

Regresé al campamento, mi reloj marcaba la 1:16 a.m. y Tae seguía despierto esperándome.

— Dios gracias, estás bien. —suspiro aliviado al verme— No pude pegar los ojos.

— Lo sé, lo siento, pero logré ver a ese chico de nuevo. — sonreí— Todo salió bien, muchas gracias.

— Espero que ésta sea la última noche que sales. — regresó la sonrisa y se acostó— Ahora sí, descansa.

— Igual. — suspiré.

Debía mantener en secreto cualquier cosa relacionada a lo de hoy, y tenía que pensar cómo salir mañana.