Clarke pov:
Esperamos impacientes a escuchar el estallido y ver la inconfundible gigante nave cayendo del cielo. Nos encontramos a varios kilómetros de donde aterrizarán, por si se desvían y los cálculos no fueron exactos. Aun así, todos preparados para salir a carrera a alcanzarlos para ayudarlos. Mi madre nos advirtió que algunos no estaban de acuerdo con la ayuda de los terrestres, por lo que tendremos que ser precavidos.
Pocos de los cien se ofrecieron. La mayoría no tiene familia y teme que los vuelvan a encerrar. No los culpo, yo también tendría la misma incertidumbre. Lexa acaricia mi cintura, mientras su otra mano lo hace con la cabecita de Madi, quien duerme pacíficamente en la cangurera que lleva Lexa. Le sonrío nerviosa, volviendo a observar el cielo estrellado sobre nosotras.
Un estadillo se produce, tan fuerte que Madi comienza a llorar. Lexa la arrulla, mientras observamos asombradas el enorme pedazo de metal que es el Arka. Chispas saltan por todas partes y desde aquí se ve claramente que está incendiándose. Lexa aprieta mi mano, notando mi preocupación por mis padres. Ellos podrían no lograrlo. La nave se estrella aproximadamente donde lo habíamos planeado. Es un viaje de una hora, es mejor salir ahora.
Lexa ladra órdenes a todos y partimos de inmediato. Suerte que Lexa lleva a la niña, porque seguro la dejo caer de lo perdida que estoy en mis pensamientos. Una parte de mi desea que todo siga como antes. Nuestra vida era tranquila, lejos de ser perfecta, pero hermosa. Ahora, todo eso se verá afectado por el descenso de Skaikru. Joder, que volveré a ver a mis padres. Hable con ellos, aunque no es lo mismo.
Mentiría si dijera que no los extraño, aunque me he acostumbrado a su ausencia. Por doloroso que suene, ya no los necesito. Aunque no me vendría mal unos consejos de maternidad. El humo es perceptible ya aún a varios kilómetros del claro. Al llegar, la nave de metal está destrozada, personas salen y atienden como pueden a sus familias. Una mirada hacia Lexa y sabe que quiero que espere, que me deje hablar primero.
Bajamos de los caballos y beso la frente de Madi.- ¿Estarás bien?- Pregunta preocupada.
-Lo estaré. Gritaré si necesito tu ayuda.- Medio bromeo, medio lo digo en serio.
-Al menos llévate unos guardias.- Insiste.
Suspiro.- Bien, llevaré a Anya e Indra. Nadie más.- Asiente aliviada y beso sus labios, caminando hacia el claro seguida por mi hermana e Indra.
Los nervios aumentan con cada paso que damos. Al llegar al borde, todos se vuelven sorprendidos a nosotros. Supongo que aunque estuvieran enterados no lo creían del todo. Me mantengo seria, caminando con firmeza y sin dudar, escoltada por Anya e Indra. Nos abrimos paso, hasta que una voz familiar me llama.
-¿¡Clarke?!- Mi madre se acerca corriendo, siendo detenida por dos espadas apuntándola. Me mira sorprendida y levanto ambas manos, las espadas siendo retiradas al instante. Mi madre me observa atónita, mientras me acerco a ella y nos fundimos en un abrazo. Me aprieta tan fuerte como puede y evito usar toda mi fuerza.- Mi bebe.- Susurra en mi oído.
-Hola mama.- Digo conteniendo las lágrimas.
Nos separamos y acuna mi rostro, en ese momento llega mi padre.- Pequeña.- Me lanzo a sus brazos, sumergiéndome en ese calor paternal que tanto extrañe.
Luego de unos segundos me separo, volviéndome seria nuevamente. Regreso a mi posición junto a Anya e Indra.- Hemos venido a ayudarlos. Todos esperan en el bosque. traemos comida, agua, ayuda médica, todo lo que necesiten.
-Grac.....- Mi padre es interrumpido por un grito.
-¡No necesitamos ayuda de esos salvajes!- Un hombre se abre paso al frente y lo reconozco al instante. Charles Pike.
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Débil por ti - Clexa
FanfictionClarke es forzadamente enviada a la tierra unos años antes. Los terrestres la vuelven parte de su comunidad, enseñándole a luchar y sus costumbres. Luego de un tiempo, Anya, única familia de Clarke, es capturada por la montaña. ¿Lograra Clarke salva...